
Sevilla en alerta: confirman gripe aviar en el Real Alcázar y otro brote en La Puebla del Río
El Gobierno confirma un foco de gripe aviar en el Real Alcázar y otro en La Puebla del Río

La provincia de Sevilla afronta un nuevo episodio de alerta zoosanitaria tras la confirmación de dos focos adicionales de gripe aviar de alta patogenicidad (H5N1).
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha informado este pasado jueves de que los análisis realizados a las aves fallecidas en el Real Alcázar de Sevilla han resultado positivos, al igual que los obtenidos en ejemplares en cautividad en una finca particular de La Puebla del Río. Con estos nuevos hallazgos, ya son cuatro los brotes detectados en el territorio en apenas unos días.
El primer foco se localizó en los jardines del Real Alcázar, uno de los monumentos más visitados de la capital, donde se hallaron un pato y un pavo real muertos a comienzos de semana. La situación obligó a suspender temporalmente el ciclo cultural Las noches en los jardines del Alcázar.
Poco después, se sumó la aparición de tres pavos muertos en una guardería cercana, casos que las autoridades sanitarias han vinculado al virus H5N1.
El segundo foco confirmado corresponde a La Puebla del Río, municipio situado en el entorno del parque natural de Doñana. Allí, el virus se ha detectado en aves en cautividad dentro de una explotación privada.
En ambos escenarios se han activado los protocolos de contención con el pertinente aislamiento de las zonas afectadas, restricciones de movimientos, limpieza y desinfección de espacios, y vigilancia intensiva.
Nuevas medidas en parques urbanos de Sevilla contra la gripe aviar
La preocupación se extiende más allá de los espacios monumentales y rurales, debido a ello el Ayuntamiento de Sevilla ha decretado este jueves el cierre preventivo del Parque de María Luisa, tras localizarse cinco patos muertos en su estanque y la muerte previa de un cisne.
La clausura se ajusta al protocolo de la Junta de Andalucía, que contempla el cierre temporal de zonas verdes cuando se detectan al menos tres aves muertas sin causa aparente en menos de 24 horas.
La medida se suma a otras actuaciones recientes, como la retirada de cadáveres y la desinfección en el Parque del Tamarguillo, donde se contabilizaron cerca de un centenar de aves muertas —principalmente gansos, ánades reales y palomas—, y en los jardines del Real Alcázar.
Los análisis pendientes de aves halladas en los parques de Miraflores y Los Príncipes podrían ampliar aún más el mapa de riesgo.
Las autoridades insisten en que la transmisión del virus a los seres humanos es muy poco viable y probable. Aun así, recomiendan evitar el contacto con aves enfermas o muertas y comunicar cualquier hallazgo sospechoso a los servicios municipales o autonómicos.
Cotorras: la especie invasora que preocupa a Sevilla
La atención también se ha dirigido a las cotorras, una de las especies -invasora- más abundantes en los parques de la capital y en el entorno urbano. Según el censo municipal, existen alrededor de 5.500 ejemplares, fruto de sueltas y escapes ocurridos desde la década de los 90.
Aunque no se han registrado muertes de cotorras relacionadas con la gripe aviar, expertos recuerdan que estas aves exóticas representan un riesgo por su capacidad de desplazar a especies autóctonas, generar contaminación acústica y actuar como posibles vectores de enfermedades.
En este sentido, se señala que las cotorras no suelen ser tan vulnerables al virus H5N1 como las aves acuáticas, pero sí a otras infecciones como la psitacosis, conocida popularmente como “gripe del loro”.
Esta enfermedad, transmitida por bacterias, puede afectar también a los humanos, con síntomas similares a los de una infección respiratoria. Brotes recientes en Europa han demostrado la capacidad de contagio a partir del contacto con aves domésticas o incluso por la inhalación de partículas de sus excrementos.
El papel del agua en la propagación de la gripe aviar es otra de las grandes preocupaciones de los epidemiólogos. Las aves migratorias, en especial las acuáticas, actúan como reservorios naturales del virus y pueden transmitirlo durante sus desplazamientos estacionales. Los cuerpos de agua que utilizan como puntos de descanso son un vehículo idóneo para la dispersión.
En Doñana y su entorno ya se han confirmado varias muertes ligadas al H5N1, entre ellas un somormujo en Aznalcázar, así como una garza real, un pato colorado y un ánade friso en el municipio onubense de Hinojos.
Estos episodios acentúan la facilidad con la que el virus puede saltar de las poblaciones silvestres a las aves domésticas, como ha ocurrido en una granja de El Cerro del Andévalo (Huelva), donde fue necesario sacrificar 8.500 pavos.