La situación de las personas sin hogar en Sevilla ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años. Según datos de Cáritas Diocesana, la cantidad de personas atendidas ha pasado de unas 400 en 2016 a cerca de 800 en 2023, en 2024 podría estar en torno a las 1000 personas y en 2025 superar las 1100. De ellas, más de 300 duermen cada noche al raso, en calles, bancos y portales de la ciudad. Este incremento subraya la urgencia de abordar un problema que afecta tanto a la cohesión social como a la dignidad humana.
Las personas sin hogar, los «sintecho» en Sevilla, se presenta, mayoritariamente, en hombres (83%) de nacionalidad española (63%), con edades que oscilan entre los 25 y los 55 años. Además, cada vez es más común encontrar personas que enfrentan problemas de salud mental, lo que no solo dificulta su día a día, sino que complica las estrategias de intervención. La falta de estabilidad emocional, derivada de experiencias traumáticas, se combina con la pérdida de recursos económicos y el desmoronamiento de redes de apoyo, dejando a estas personas en una situación de extrema vulnerabilidad.
Las raíces de una crisis
Las causas del «sin hogar» o «sintecho» son múltiples y complejas. A menudo, quienes acaban en la calle han sufrido una concatenación de eventos negativos: pérdida de empleo, problemas familiares, enfermedades mentales no tratadas y, en algunos casos, un desahucio ante la imposibilidad de asumir los elevados costos de alquiler en la ciudad. La precariedad laboral y la insuficiencia de políticas públicas para abordar estas cuestiones de raíz agravan el problema. También influye la falta de regularización administrativa de personas migrantes, que ven bloqueadas sus oportunidades de inclusión social.
En Sevilla, las iniciativas públicas para atender a las personas sin hogar incluyen albergues, comedores y centros de día, gestionados en parte por el Ayuntamiento. Sin embargo, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) critica que estas soluciones son insuficientes. En la ciudad hay unas 300 plazas de albergue, pero más de 150 personas quedan cada noche sin un lugar donde dormir. Además, estos recursos están concentrados en zonas específicas, como la Macarena, el Centro y Triana, dejando desatendidos otros barrios.
El Ayuntamiento ha anunciado la próxima apertura de un nuevo albergue en la zona de Barqueta, con capacidad para 20 personas, y el desarrollo de programas de viviendas específicas para los casos más crónicos. Actualmente, existen diez viviendas de este tipo en la ciudad, gestionadas mediante sorteos. Sin embargo, según Borja Romero, responsable del área de marginación de APDHA, estas medidas siguen siendo insuficientes tanto en número como en la especialización requerida para atender las necesidades particulares de este colectivo.
La acción de las organizaciones sociales
Ante la insuficiencia de los recursos públicos, diversas entidades han intensificado su labor en Sevilla. Cáritas, Cruz Roja y otras organizaciones trabajan de manera constante para brindar apoyo directo a las personas sin hogar. Cáritas organiza rutas nocturnas y diurnas para ofrecer alimentos y compañía, además de realizar seguimientos personalizados que buscan promover la autonomía de los beneficiarios. También gestionan pisos de semiautonomía para facilitar la reintegración social.
Por su parte, Cruz Roja despliega desde 2011 su Unidad de Emergencia Social, con rutas nocturnas tres veces por semana. Este equipo, compuesto por voluntarios, ofrece mantas, comida y apoyo emocional. En el último año, han atendido a más de 400 personas, tanto en la calle como en oficinas destinadas a servicios de orientación e integración.
Acción colectiva
El Día de las Personas Sin Hogar, que se celebra cada 22 de noviembre, es una oportunidad clave para reflexionar sobre esta problemática y sensibilizar a la sociedad. Cáritas, con su campaña anual, recuerda la importancia de garantizar los derechos fundamentales de estas personas, quienes merecen una vida digna y una oportunidad para salir de la exclusión social.
Las soluciones a este problema requieren un acción amplia donde es fundamental que las administraciones amplíen y especialicen los recursos disponibles, mientras que las organizaciones sociales continúen con su labor de apoyo directo. Solo una colaboración efectiva entre ambos sectores puede cambiar la realidad de las personas sin hogar en Sevilla, devolviéndoles la esperanza y la oportunidad de reintegrarse plenamente en la sociedad.