Revendedores hacen su ‘agosto’ con las sillas de la Procesión Magna, precios disparados hasta los 100 euros

En estos momentos, solo quedan disponibles algunos asientos sueltos y dispersos en zonas menos solicitadas del recorrido procesional

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Sillas en la Carrera Oficial de la Semana Santa.
Sillas de la Semana Santa de Sevilla, ahora para la Magna.

No es tarea fácil presenciar la Procesión Magna del próximo 8 de diciembre en Sevilla por la saturación de peticiones de compra de sillas. Por ello todo se ha visto empañada por el caos y frustración para miles de personas, cofrades y devotos que no han podido comprar su silla ya que la plataforma Giglon, encargada de la venta de localidades, se vio colapsada desde su apertura a las ocho de la mañana, dejando a numerosos usuarios sin la posibilidad de adquirir sus entradas a tiempo.

A pesar de la puesta a la venta de más de 21.000 localidades, la alta demanda ha provocado que en tan solo dos horas el aforo estuviera prácticamente completo. En estos momentos, solo quedan disponibles algunos asientos sueltos y dispersos en zonas menos solicitadas del recorrido procesional.

La escasez de entradas ha generado un lucrativo mercado negro, con revendedores aprovechando la desesperación a fin de obtener pingües beneficios, de hacer su particular «agosto» en pleno mes de noviembre. En plataformas como Milanuncios y Wallapop ya proliferan los anuncios de venta de localidades a precios desorbitados, casi el doble del valor original de 35 euros, y hasta alcanzando los 100 euros aunque, a medida que se acerque el día el precio podría subir considerablemente. Sin embargo, es importante recordar que las entradas son nominativas y están vinculadas a un DNI específico, por lo que su reventa no garantiza el acceso al evento.

La organización de la Procesión Magna ha advertido expresamente que las entradas son personales e intransferibles, y que cualquier intento de fraude será sancionado. No obstante, la tentación de revender las localidades a precios elevados es grande, y se espera que las autoridades estén vigilando para evitar que se produzcan irregularidades.

Todo ello pone de manifiesto la enorme expectación que genera la Procesión Magna y la necesidad de mejorar los sistemas de venta de entradas para evitar colapsos y garantizar un acceso justo y equitativo a todos los interesados. La demanda desbordada de localidades también plantea interrogantes sobre la capacidad de la ciudad para gestionar eventos de gran magnitud -algo que suele hacer, de forma aseada, en Semana Santa- y sobre la necesidad de buscar alternativas para descongestionar el centro histórico durante las procesiones, algo que las asociaciones de vecinos también están reclamando.

¿Por qué la reventa es negativa para el consumidor y por que se prohíbe?

La reventa de entradas, especialmente en eventos con alta demanda como conciertos, festivales o procesiones, genera una serie de problemas que perjudican directamente al consumidor ya que los «reventas» suelen inflar los precios de las entradas de manera desproporcionada, aprovechando la escasez y la urgencia de los compradores. Esto significa que los interesados pueden verse obligados a pagar sumas exorbitantes por un evento que originalmente tenía un precio asequible.

Al adquirir una entrada a través de un revendedor, el comprador pierde las garantías que ofrece el vendedor oficial. En caso de cancelación del evento, problemas con la entrada o cualquier otro inconveniente, el revendedor no está obligado a ofrecer una solución. Existe un alto riesgo de adquirir entradas falsas o duplicadas a través de plataformas de reventa. Esto puede llevar a que el comprador se quede sin poder asistir al evento y pierda el dinero invertido. La reventa favorece a aquellos que tienen mayor capacidad económica, dificultando el acceso de los fans con menos recursos a eventos populares. Esto crea una desigualdad en el disfrute de la cultura y el entretenimiento.

¿Por qué se prohíbe la reventa?

Aunque la reventa no siempre está completamente prohibida, existen diversas razones por las cuales las autoridades y los organizadores de eventos buscan regularla o incluso prohibirla pues se busca proteger los derechos de los consumidores, evitando que sean explotados por prácticas comerciales desleales. La prohibición de la reventa ayuda a combatir el fraude y la venta de entradas falsas, se busca garantizar que todos los fans tengan las mismas oportunidades de acceder a los eventos, evitando que los revendedores monopolicen las entradas. La reventa puede dificultar el control de la asistencia a un evento, lo que puede generar problemas de seguridad y sobreventa.

Medidas para combatir la reventa

Para luchar contra la reventa es importante establecer límites en el número de entradas que una persona puede adquirir. También exigir la presentación de un documento de identidad al comprar las entradas y utilizar sistemas tecnológicos para bloquear la reventa de entradas.

Más allá de todo ello las asociaciones de consumidores abogan por aplicar sanciones a los revendedores y a las plataformas que faciliten esta práctica.

La reventa de entradas es una práctica perjudicial para los consumidores que genera una serie de problemas sociales y económicos. Por esta razón, las autoridades y los organizadores de eventos -como es la Magna- buscan implementar medidas para combatirla y garantizar un acceso justo y equitativo a todos los fans. Pero lo cierto, hasta el momento, es que la reventa ya está funcionando de cara a la Procesión Magna de Sevilla.