A mediados de agosto de 2020, un arqueólogo de Gilena (Sevilla) puso en alerta a la Guardia Civil sobre la posible localización de un fragmento de tumba paleocristiana del siglo IV d.C., con la icónica representación de Daniel en el foso de los leones. La pieza, según sus sospechas, se encontraba expuesta en una galería de arte de Málaga y coincidía con un fragmento que había sido expoliado hace más de dos décadas durante unas labores agrícolas en la localidad sevillana.
La investigación policial, denominada «Operación Sátrapas», se centró en verificar esta hipótesis. Tras intervenir cautelarmente el fragmento en la galería malagueña, se inició un proceso de investigación que involucró a expertos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Un detallado análisis petrográfico confirmó la autenticidad de la pieza y su origen local, datándola en el siglo IV d.C. Además, el estudio resaltó su gran valor histórico, artístico y museístico.
Paralelamente, se descubrió que dos meses antes de la denuncia, el Ministerio de Cultura había denegado una solicitud de exportación de este mismo fragmento. El Museo Arqueológico Nacional había emitido un informe concluyente que determinaba su origen bético y la imposibilidad de verificar la fecha exacta de su hallazgo.
La investigación judicial culminó con el depósito definitivo del relieve en el IAPH. Este caso pone de manifiesto la importancia de la colaboración entre instituciones y ciudadanos para prevenir el expolio de nuestro patrimonio cultural. La Guardia Civil destaca la necesidad de mantener una vigilancia constante y de denunciar cualquier sospecha sobre el tráfico ilícito de bienes culturales.
El mercado del Arte
Es frecuente encontrar en el mercado del arte piezas que se presentan como procedentes de antiguas colecciones, muchas veces sin una identificación precisa de su propietario original. Estas piezas suelen estar acompañadas de facturas que, en la mayoría de los casos, no cumplen con los requisitos legales necesarios para garantizar su licitud. Esta falta de transparencia facilita la entrada en el circuito legal de objetos procedentes de excavaciones ilegales o expolios.
Ante esta situación, las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para prevenir la salida de nuestro patrimonio cultural del país. La solicitud de permisos de exportación para piezas de dudosa procedencia es una herramienta fundamental para detectar y recuperar objetos expoliados. Asimismo, es necesario que los agentes implicados en el mercado del arte cumplan rigurosamente con sus obligaciones legales, como el registro de las piezas que comercializan y la prevención del blanqueo de capitales.
La colaboración entre instituciones, fuerzas y cuerpos de seguridad y expertos en patrimonio cultural es clave para garantizar la protección de nuestro patrimonio histórico. La compra de piezas de origen dudoso no solo fomenta el expolio sino que también priva a la sociedad de conocer y disfrutar de su pasado.
