El Sevilla FC ha dado un paso poco sorprendente -por lo que se rumoreaba estos días en la capital hispalense- al anunciar la ruptura de sus relaciones institucionales con el Real Betis Balompié, su eterno rival. En un comunicado oficial cargado de reproches, el club de Nervión acusó al consejo de administración bético de «buscar hacer daño y perjudicar deportivamente» al Sevilla mediante acciones que considera alejadas del espíritu deportivo. La decisión marca un punto de no retorno en la tensa relación entre ambas entidades, con profundas implicaciones dentro y fuera del terreno de juego.
¿Qué motivó la ruptura?
El conflicto estalló tras la denuncia del Real Betis ante el Comité de Competición, que resultó en sanciones para tres jugadores de la cantera sevillista: Carmona, Isaac y Juanlu. Los futbolistas fueron castigados por exhibir, en una acción desafortunada y mal pensada, una bandera tras el último derbi que contenía una silueta del escudo del Betis tachada con una señal de prohibición. Esta acción fue interpretada por el club verdiblanco como un acto de provocación y falta de respeto a los símbolos del club verdiblanco, lo que motivó la denuncia formal ante los organismos de competición.
Como consecuencia, los canteranos sancionados no pudieron participar en el encuentro contra el Celta, un partido cargado de emotividad por ser el último de Jesús Navas ante su afición. Este hecho fue señalado por el Sevilla como la gota que colmó el vaso, llevando al club a suspender cualquier tipo de relación con la entidad vecina.
Un historial de tensiones
La rivalidad entre Sevilla y Betis, históricamente intensa, había alcanzado un clima de gran frialdad en los últimos años. Uno de los episodios más polémicos ocurrió durante el derbi disputado en enero de 2022, cuando el jugador sevillista Joan Jordán fue rozado en la cabeza por un objeto lanzado desde la grada del Benito Villamarín. Este incidente, que obligó a suspender el partido, tras que el entrenador sevillista pidiera al jugador que teatralizara el daño y desencadenó una cascada de acusaciones mutuas que avivaron las tensiones.
A esto se sumaron otros episodios, como las denuncias cruzadas por comportamientos de las aficiones. En su comunicado, el Sevilla recordó que recientemente presentó una queja formal ante la Comisión Antiviolencia por un tifo exhibido en el estadio del Betis, el cual consideró ofensivo. Estos eventos han erosionado progresivamente la relación entre ambas instituciones, haciendo que los encuentros deriven en una confrontación que trasciende lo estrictamente deportivo.
¿Qué implica la ruptura?
La decisión del Sevilla de romper las relaciones institucionales con el Betis tiene implicaciones significativas en diversos aspectos:
Actos conjuntos y protocolo: Las tradicionales reuniones entre directivas antes de los derbis, así como las acciones conjuntas para promover el «fair play» en la ciudad, quedarán suspendidas indefinidamente. Esto supone un retroceso en los esfuerzos por fomentar un clima de convivencia entre las aficiones.
Negociaciones deportivas: La ruptura también podría afectar posibles acuerdos relacionados con traspasos, cesiones o colaboraciones deportivas -que, realmente, son muy pocas o casi inexistentes-. Si bien ambos clubes han mantenido un distanciamiento en este ámbito, esta decisión refuerza las barreras existentes.
Relaciones institucionales locales: Como principales representantes del fútbol sevillano, la falta de entendimiento entre ambos clubes podría complicar iniciativas municipales o regionales que requieran la participación conjunta de Sevilla y Betis, desde proyectos de desarrollo deportivo hasta actividades benéficas.
Impacto en las aficiones: Aunque la rivalidad entre las hinchadas ha sido un motor de la pasión futbolística en Sevilla, la ruptura de relaciones puede agravar las tensiones entre seguidores, especialmente en un contexto de alta competitividad en LaLiga.
La visión del Sevilla
El comunicado sevillista subraya su decepción con lo que considera una actitud desleal del Betis, al acusarlo de recurrir a estrategias extradeportivas para influir en el desarrollo de la competición. «El Betis ha cruzado líneas rojas», señala el texto, haciendo referencia a las denuncias formales ante los organismos de competición. Desde Nervión, esta postura se interpreta como una falta de respeto hacia los valores deportivos que deberían guiar a ambas instituciones.
Los más críticos del deporte en Sevilla, incluidos aficionados sevillistas, indican que también es una maniobra de la directiva rojiblanca, sumida en diversas polémicas y enfrentamientos accionariales, para desviar la atención del mal momento del equipo y de la relación entre el accionista José María del Nido Benavente y su hijo, hoy presidente de la entidad de Nervión, José María del Nido Carrasco, entre los que hay serias disputas.
¿Hay posibilidad de reconciliación?
A pesar de lo categórico del anuncio, la historia del fútbol ha demostrado que incluso las relaciones más deterioradas pueden repararse con el tiempo. No obstante, el camino hacia la reconciliación entre Sevilla y Betis parece, por ahora, extremadamente complicado. Ambos clubes tendrán que lidiar con las consecuencias de este distanciamiento, mientras sus aficiones y la ciudad de Sevilla contemplan cómo la rivalidad más apasionante de Andalucía se convierte en una batalla más áspera y dividida.
Con esta decisión, el fútbol sevillano escribe un nuevo y complejo capítulo que refuerza la intensidad de un derbi que nunca deja de generar titulares, tanto dentro como fuera del terreno de juego.