Un grupo de militantes de Falange Española ha protagonizado una acción de protesta en Sevilla, colocando una pancarta en el Palacio Arzobispal en la que acusan a la Iglesia Católica de «traidores» y advierten que «El Valle no se toca», en alusión al conjunto monumental del Valle de los Caídos. La iniciativa forma parte de una campaña impulsada por esta formación para exigir la defensa del mausoleo, situado en la sierra madrileña de Guadarrama, y oponerse a las modificaciones impulsadas en torno a su simbología y significado histórico.
Falange Española, heredera del movimiento fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933, representa a un sector de la ultraderecha española que reivindica los principios del franquismo y la memoria de quienes combatieron en el bando sublevado durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Para estos colectivos, el Valle de los Caídos —donde durante décadas descansaron los restos de Francisco Franco— es un símbolo de reconciliación nacional y un espacio de homenaje a los caídos del conflicto, aunque numerosas voces históricas y políticas lo consideran un monumento de exaltación franquista.
📍Palacio Arzobispal
La curia eclesiástica vendida al diablo por 30 monedas, vuestra traición no se olvidará.
EL VALLE NO SE TOCA. pic.twitter.com/u3gcsRvPec
— Falange Sevilla (@falange_sevilla) April 5, 2025
Publicado en la red social X
En esta ocasión, la protesta en Sevilla fue difundida a través de la cuenta de Falange Sevilla en la red social X (antes Twitter), donde publicaron varias imágenes del acto. En ellas se ve a seis miembros del grupo, con los rostros distorsionados digitalmente, mientras colocan un cartel de «Se vende» en la puerta del Palacio Arzobispal, acompañado de una pancarta en la que denuncian: «La curia eclesiástica vendida al diablo por 30 monedas, vuestra traición no se olvidará. El Valle no se toca».
La reclamación surge en respuesta a las recientes acciones del Gobierno y de la propia Iglesia encaminadas a resignificar el Valle de los Caídos —hoy denominado Valle de Cuelgamuros— como un lugar de memoria democrática. Entre las medidas que han generado rechazo en sectores ultraderechistas se encuentran la exhumación de Franco en 2019, la aplicación de la Ley de Memoria Democrática, y la decisión de limitar el culto religioso en el recinto, tradicionalmente gestionado por la comunidad benedictina.
La protesta también evidencia una fractura interna en determinados ámbitos católicos. Mientras que sectores conservadores se oponen a cualquier cambio en el monumento, una parte significativa de la jerarquía eclesiástica española ha optado por colaborar con las autoridades civiles en los procesos de resignificación y de apertura del lugar a todos los españoles, como símbolo de respeto a todas las víctimas de la Guerra Civil, sin distinción de bandos.
El episodio en Sevilla no ha sido aislado. Durante las últimas semanas, Falange y otros grupos afines han intensificado sus campañas en diversas ciudades españolas, reclamando la protección del Valle de los Caídos y acusando a instituciones religiosas y civiles de «traicionar» los ideales que, a su juicio, representa el monumento.