Sevilla se encuentra inmersa en campaña electoral y son muchas las promesas electorales que se hacen que, en muchos casos no se han cumplido y que tampoco se cumplirán. Es una especie de «ceremonia de la confusión» en la que se, en muchas ocasiones, casi que no tiene sentido.
Misión imposible: el agua
Es bueno leer el programa electoral de cada partido y extraer lo que se promete y luego se incumple, mentiras que suelen acumularse. Una de las más atroces que se está poniendo sobre la mesa es la del problema del agua, Núñez Feijoo promete solucionarlo, promete «agua a Andalucía» y habrá quién lo crea pero la pregunta es: ¿Cómo?
¿Cómo va a hacer que llueva? No es un problema de trasvases es un problema de lluvia y parece que se juega a ser Dios o que prometer lo que no se puede cumplir o agarrarse a un clavo ardiendo y esperar -rezar- por que llueva.
El conflicto del agua en Doñana polariza muchas miradas en intenciones de voto allá donde se ha instalado el despropósito de unos (PP) y la mente olvidadiza – o las mentiras- de los otros (PSOE). Bien harían en controlar por donde se pierde tanta agua.
Transporte público
Sevilla es «fruta» apetecida por los políticos donde se acumulan promesas políticas incumplidas de otras legislaturas, ejemplos de todo ello hay, quizás uno de los más notorios sea el del transporte público.
Durante muchos años, los políticos prometieron mejorar el mismo en la ciudad, llevar el metro a los barrios y ahora lo «subsanan» con tranvibús que es el remedio barato para no ser llamados mentirosos.
Estas promesas sólo ha molestado a muchos barrios que aún esperan el metro y que, posiblemente, no les llegue en décadas y, por contra, mejoran los servicios tradicionales. Los sevillanos han esperado durante mucho tiempo un metro eficiente pero no se ido más allá de la primera línea y no cubre todas las necesidades de movilidad de la ciudad.
Corrupción
Otro ejemplo de promesas políticas incumplidas es la lucha contra la corrupción. Los políticos prometen «tomar medidas enérgicas contra la corrupción» pero cada vez se sacan más trapos sucios de los unos y de los otros, ejemplos hay y de como se intenta burlar la ejecución de sentencias.
Atención a los barrios
Los barrios de Sevilla son otro punto de fricción, las promesas y las visitas, las obras, sólo llegan en tiempo electoral y luego poca atención se presta. Es algo a subsanar, muchos prometen y pocos cumplen aunque el actual alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, si parece querer compensar esa falta de atención con obras necesarias y cultura, algo que es de agradecer.
Cultura y Patrimonio
Preservar el patrimonio así como la restauración del calificado como «histórico» y cultural de la ciudad, se echa el falta, sobre todo en monumentos emblemáticos o edificios en mal estado.
Una buena política medioambiental -sólo hay que recordar lo desastroso que fue Juan Espadas, anterior alcalde, y su aversión a colonias felinas o los naranjos-, con medidas claras y definidas.
Seguridad ciudadana y sanidad
Más presencia policial y seguridad en las calles de la ciudad y sus barrios es algo que se pide constantemente y donde, comprendiendo presupuestos y deuda del ayuntamiento, debe ser uno de los primeros puntos a tratar sin mentiras. Mucho se ha prometido ya en este apartado y muy poco se ha cumplido.
La atención sanitaria es otro problema. Décadas prometiendo acabar con las esperas, con una atención personalizada y, al final, todo sigue igual o peor con conflictos, incluso, con las contraprestaciones a la sanidad privada. Un desastre.
Son sólo una parte de las promesas políticas incumplidas, mal endémico en tiempo de elecciones, problema común en muchas ciudades allá donde el votante debe mantenerse atento para asegurar que sus representantes políticos cumplan con sus promesas y se mejore la ciudad tal y como esta demanda.