Policías al límite en Sevilla: sin dietas, comida con moho y turnos interminables bajo el sol con 42º

Seguridad al límite entre protestas policiales y comida en mal estado

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Dos rodajas de tomate con moho.
Tomates con moho para la Policía Nacional, inadmisible.

Mientras Sevilla se convierte en el epicentro diplomático del mundo con la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo organizada por la ONU, un grave conflicto interno ha desviado la atención mediática del evento. Más de 7.500 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil desplegados para garantizar la seguridad de los cerca de 70 jefes de Estado y 20.000 representantes internacionales denuncian una situación límite: precariedad, desorganización y una alimentación que califican de “indigna”.

Una “cumbre de la vergüenza” para los cuerpos de la Policía

Las denuncias, lideradas por el sindicato mayoritario JUPOL y apoyadas por otras organizaciones como JUCIL y SUP, se han hecho públicas a través de imágenes y vídeos difundidos en redes sociales. Fotografías de sándwiches con apenas un par de hojas de lechuga y tomate con moho se han viralizado bajo el apelativo de “el catering de los horrores”.

“Creemos que han debido contratar el catering para un campamento infantil”, ironizó la portavoz de JUPOL durante una concentración sindical frente al Palacio de Congresos de Sevilla, sede del evento. “Las cantidades son para niños de cinco años, y lo más grave: se ha servido comida en mal estado. Están jugando con nuestra salud”.

Ola de calor y abandono institucional

Las quejas se agudizan en un contexto extremo. Sevilla atraviesa una ola de calor con temperaturas superiores a los 43ºC, según datos de AEMET. Bajo este sol abrasador, muchos agentes han tenido que realizar turnos prolongados sin una dieta acorde ni hidratación suficiente.

A esto se suma la falta de planificación logística. Según denuncian los sindicatos, algunos policías están alojados a más de una hora y media de sus puestos, lo que alarga sus jornadas en hasta tres horas. La portavoz nacional de JUPOL, Laura García, ha señalado la «improvisación sistemática» del Ministerio del Interior, pese a que la fecha de la cumbre se conocía desde hace meses.

Dietas congeladas desde hace más de dos décadas

Otro de los puntos críticos ha sido la gestión económica. Las dietas asignadas —28,21 euros diarios para manutención y apenas 40 euros para pernoctar— no se han actualizado en más de 20 años. “Invitamos a cualquier ciudadano a sobrevivir con ese presupuesto en una ciudad como Sevilla, en plena temporada alta”, ha denunciado el Sindicato Unificado de Policía.

Además, muchos agentes han tenido que adelantar sus gastos ante la negativa de la Dirección General de la Policía a abonar anticipos. Algunas comandancias, según JUCIL, ni siquiera han podido gestionar los pagos por falta de fondos, lo que agrava el sentimiento de abandono.

La protesta ha puesto también el foco en las profundas desigualdades entre cuerpos policiales. Mientras que agentes locales reciben retribuciones diarias de hasta 720 euros durante el evento, los guardias civiles apenas perciben 28 euros. Para Ernesto Vilariño, secretario general de JUCIL, esto es una muestra del “trato despreciable” hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

“Las diferencias retributivas no solo se mantienen pese a las subidas de hace cinco años, sino que se agrandan. La equiparación prometida está estancada”, lamentó Vilariño. También denunció la “creciente desprotección jurídica”, la “falta de medios materiales” y una “oferta de empleo público insuficiente” para cubrir las bajas y jubilaciones del cuerpo.

Mientras los líderes mundiales debaten en Sevilla sobre la financiación del desarrollo global, en las puertas del mismo recinto los agentes que garantizan su seguridad exigen condiciones laborales dignas. La paradoja no ha pasado desapercibida para los manifestantes.

“El Gobierno exige que seamos la mejor policía de Europa, pero nos trata como un cuerpo de segunda. Esta situación es insostenible y no puede ocultarse tras la pompa de una cumbre internacional”, denunció Laura García, quien además criticó la total ausencia de diálogo por parte del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Con las protestas en marcha y una crisis de imagen en desarrollo, los sindicatos han exigido una reunión urgente con Interior y la revisión inmediata de las condiciones de trabajo y las dietas. Mientras tanto, la ciudadanía asiste perpleja a un escenario que, lejos de reflejar una España moderna y eficiente, revela tensiones internas que amenazan con desbordarse.

La IV Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo ha comenzado con un debate incómodo: no sobre fondos internacionales, sino sobre la dignidad de quienes protegen esos debates.