La Policía Local de Sevilla ha llevado a cabo un operativo que pone de manifiesto el peligroso auge del consumo recreativo de óxido nitroso, conocido popularmente como ‘gas de la risa’. Durante la intervención, realizada por la Unidad de Intervención Nocturna en la Avenida de Andalucía, los agentes interceptaron a un conductor que inhalaba el gas mientras circulaba de forma errática. El vehículo contenía además 50 botellas de esta sustancia, junto a globos y boquillas destinados a su consumo.
El conductor, que realizaba maniobras peligrosas y cambios bruscos de carril, llamó la atención de los agentes, quienes al acercarse observaron cómo inhalaba óxido nitroso de un globo que iba recargando con una de las botellas colocadas entre sus piernas. A su lado, el acompañante también consumía el gas directamente de otro recipiente. Ambos fueron identificados, y el conductor será investigado como presunto autor de un delito contra la Seguridad Vial.
El auge del óxido nitroso como droga recreativa
El óxido nitroso, un gas incoloro que tiene usos médicos como sedante y analgésico, así como aplicaciones industriales, se ha popularizado en los últimos años como una droga recreativa en ambientes de ocio nocturno. Su consumo, a través de globos llenados con bombonas a presión, provoca efectos como euforia, alucinaciones y sensación de desinhibición. Los efectos suelen aparecer en menos de un minuto y pueden durar hasta una hora, dependiendo de la dosis y de factores como el peso corporal.
A pesar de su apariencia inofensiva, el uso prolongado o abusivo de esta sustancia puede tener graves consecuencias para la salud. Los expertos advierten que su consumo reiterado puede generar daños irreversibles en el sistema nervioso, además de producir asfixia en casos extremos. Desde hace meses, la Policía Local de Sevilla ha intensificado los controles en zonas de ocio, donde el consumo de este gas se ha vuelto habitual entre los jóvenes.
Cada globo con óxido nitroso tiene un coste de alrededor de 10 euros, lo que lo convierte en una sustancia fácilmente accesible para los consumidores. Su venta, aunque regulada para usos médicos e industriales, se ha expandido ilegalmente en fiestas y eventos nocturnos.
Otras drogas en auge entre los jóvenes
El óxido nitroso no es la única sustancia que preocupa a las autoridades en Sevilla y en otras ciudades españolas. En los últimos años, han surgido nuevas tendencias en el consumo de drogas, especialmente entre los jóvenes, muchas de ellas disfrazadas de alternativas aparentemente menos peligrosas.
Entre las más destacadas se encuentra el popper, un líquido inhalable que provoca una rápida sensación de euforia y desinhibición. Aunque su efecto dura apenas unos minutos, su abuso puede ocasionar mareos, desmayos y, en casos graves, daños cardiovasculares.
Otro caso alarmante es el de las bebidas adulteradas con GHB, conocido como el «éxtasis líquido». Esta sustancia, de sabor dulce y difícil de detectar en bebidas, se ha popularizado en entornos de fiesta debido a su capacidad para generar un estado de euforia y relajación extrema. Sin embargo, su consumo puede resultar altamente peligroso, ya que una dosis ligeramente superior a la recomendada puede provocar pérdida de consciencia, convulsiones e incluso la muerte.
Asimismo, drogas sintéticas como el MDMA, presente en pastillas de éxtasis, o los derivados de la ketamina, continúan siendo habituales en fiestas y festivales. Estas sustancias, aunque percibidas por muchos como menos dañinas, pueden causar graves efectos adversos en el sistema nervioso, además de generar cuadros de ansiedad, paranoia e incluso fallos orgánicos.
El creciente uso de estas sustancias plantea un importante reto para las autoridades y para la sociedad en general. Por un lado, se requiere un refuerzo de los controles policiales y la regulación en la venta de productos que puedan ser empleados como drogas recreativas, como ocurre con el óxido nitroso. Por otro, es fundamental intensificar las campañas de concienciación dirigidas especialmente a los jóvenes, quienes a menudo desconocen los riesgos reales asociados a estas sustancias.
En este sentido, las autoridades sanitarias y policiales han alertado de que la percepción de seguridad o baja peligrosidad en estas drogas es un grave error que está provocando un aumento en su consumo. «No existe un consumo seguro cuando hablamos de drogas recreativas», subrayan los expertos, quienes también abogan por fomentar alternativas saludables al ocio nocturno.
El caso del conductor interceptado en Sevilla es solo una muestra de una problemática más amplia y compleja, que exige tanto acciones punitivas como preventivas para garantizar la seguridad en las calles y en los entornos de ocio.