Un despliegue policial sin precedentes, con cientos de agentes, vehículos blindados, perros adiestrados y tecnología de última generación, entró el Polígono Sur en respuesta a los violentos tiroteos ocurridos el sábado anterior.
La operación, meticulosamente planificada, buscaba desarticular las redes criminales responsables de estos hechos y recuperar el control de un territorio sumido en la violencia y el miedo. Durante horas, las calles del barrio se convirtieron en un escenario de intensa actividad policial, con registros domiciliarios, detenciones y el decomiso de un arsenal de armas y drogas.
El epicentro de la operación se situó en Los Verdes, una zona marcada por la presencia de clanes familiares dedicados al tráfico de drogas y donde se registraron los primeros tiroteos. Los agentes se centraron en los domicilios de los Caracoleños, una de las familias implicadas en el conflicto, y decomisaron armas de fuego, munición, drogas y otros materiales relacionados con actividades delictivas.
La redada se extendió a otras zonas del Polígono Sur, como Las Vegas y los Marrones, donde también se realizaron registros y detenciones. La Policía Nacional buscaba desarticular todas las células criminales involucradas en los enfrentamientos armados y cortar el suministro de armas y drogas en el barrio.
Los vecinos, atemorizados por los tiroteos, han recibido con alivio la presencia policial y esperan que esta intervención marque un antes y un después en la lucha contra la violencia y la delincuencia en el barrio. Sin embargo, la situación en las Tres Mil Viviendas sigue siendo compleja y requiere de un esfuerzo para garantizar la seguridad y la convivencia pacífica de sus habitantes. La erradicación de las redes criminales y el desarraigo de la cultura de la violencia son tareas que requerirán tiempo y una estrategia a largo plazo.
La operación policial del miércoles ha sido un golpe duro para los grupos criminales que operan en el Polígono Sur, pero la lucha contra la delincuencia aún no ha terminado.
¿En que ha consistido la «Operación Jaula» en las Tres Mil Viviendas de Sevilla?
La «Operación Jaula» en las Tres Mil Viviendas de Sevilla fue un despliegue policial a gran escala llevado a cabo en respuesta a una serie de tiroteos con armas de guerra que sacudieron el barrio. Esta operación tenía como objetivo principal restablecer el orden y la seguridad en la zona, desarticular las redes criminales responsables de los hechos violentos y recuperar el control del territorio.
Se estableció un perímetro de seguridad en todo el barrio, con el objetivo de evitar la huida de los delincuentes y controlar el acceso y salida de personas y vehículos. Se realizaron múltiples registros en viviendas sospechosas, donde se incautaron armas de fuego, drogas y otros materiales relacionados con actividades delictivas. Ello llevó a que se produjeran numerosas detenciones de personas vinculadas a los clanes familiares implicados en los tiroteos y el tráfico de drogas. Igualmente se decomisó un importante arsenal de armas de fuego, munición y sustancias estupefacientes.
Participaron cientos de agentes de la Policía Nacional, apoyados por unidades especializadas como guías caninos, equipos antidisturbios y helicópteros.
Los objetivos de la operación fueron identificar y detener a los autores de los violentos enfrentamientos armados. Desarticular las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas y armas que operaban en el barrio. Restaurar el orden y la seguridad en las Tres Mil Viviendas, permitiendo a los vecinos vivir en paz. Demostrar la determinación de las fuerzas de seguridad para combatir la violencia y la delincuencia.
La «Operación Jaula» en las Tres Mil Viviendas fue una respuesta contundente de las fuerzas de seguridad ante una situación de violencia extrema. Aunque no erradicó por completo el problema de la delincuencia en el barrio, sí logró debilitar significativamente a las organizaciones criminales y restaurar un cierto grado de orden y seguridad.