La ilusión por una boda de ensueño puede llevar a tomar decisiones extremas. Prueba de ello son las largas colas que se han formado esta madrugada a las puertas de la parroquia de la Magdalena en Sevilla. Decenas de parejas, y algunos familiares y amigos, han pasado la noche a la intemperie para ser de los primeros en inscribirse en el libro de bodas para el año 2025.
La apertura del libro de bodas en la parroquia de la Magdalena es un evento anual que se ha convertido en una tradición con solera en Sevilla. Cada primer lunes de julio, las puertas de la iglesia se abren para recibir a las parejas que desean celebrar su enlace en este emblemático lugar el próximo año.
Este año, la expectación ha sido aún mayor. La belleza de la iglesia, su céntrica ubicación y la fama de sus bodas han hecho que la demanda sea aún mayor que en años anteriores.
Colas desde la medianoche
Para conseguir la fecha y hora deseadas, algunos de los asistentes no han dudado en madrugar. De hecho, los más previsores ya estaban haciendo cola desde la medianoche. «Había gente desde las 12 de la noche, teletrabajando con el portátil en sillas de playa», comentaba una de las personas que había acudido a las seis de la mañana para conseguir su fecha nupcial el próximo año.
A pesar de las horas de espera, el ambiente en la cola era festivo. Los presentes compartían historias, risas y algunos incluso se animaban a cantar. La ilusión por el gran día era palpable en el aire.
Tras horas (muchas) de espera, las puertas de la sacristía se han abierto por fin. Los primeros afortunados han podido inscribirse en el libro de bodas y asegurar su fecha soñada para el 2025.
Sillas de playa, paciencia y fe: así se vive la «batalla» por una boda en la Magdalena
La ilusión por una boda de ensueño en la parroquia de la Magdalena tiene un precio: horas de espera, estrategia y, en algunos casos, un plan B. Decenas de parejas, familiares y wedding planners han convertido la calle Bailén en un improvisado campamento desde la madrugada, con el objetivo de ser de los primeros en inscribirse en el libro de bodas para 2025.
Las sillas de playa han sido las grandes aliadas en esta particular «batalla». Algunos incluso han optado por teletrabajar desde sus tumbonas, aprovechando las primeras horas del día. La recompensa: conseguir uno de los días más codiciados, como marzo de 2025, cuyas fechas se agotaron rápidamente.
Para aquellos que no tenían la fecha soñada en su primer intento, la alternativa ha sido buscar una segunda opción en otras iglesias de la ciudad. «Tengo la Catedral como plan B, allí ya me han dado fecha», comentaba una de las personas en la cola.
La paciencia ha sido la clave para muchos. «Llevo aquí unas seis horas, pero he elegido septiembre y tenía fe en coger fecha sin problema», explicaba otro de los asistentes. Y es que, a pesar de que algunas fechas ya estaban ocupadas, la esperanza era fuerte.
Para agilizar el proceso, la parroquia recomienda a los interesados acudir con la hoja de datos rellenada y el adelanto de 50 euros del estipendio para la ceremonia. Un pequeño precio a pagar por la posibilidad de celebrar su boda en uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla.
La cola ha ido avanzando poco a poco, y los afortunados que han conseguido su fecha han abandonado la calle Bailén con una sonrisa de oreja a oreja. La espera ha sido larga, pero la recompensa ha valido la pena.