Velas junto al portal de la casa de Sandra Peña y un chico arrodillado, a la izquierda la foto de la joven.
Improvisado altar recordando a Sandra Peña.

“Mi sobrina pidió ayuda y nadie la escuchó”, la familia de Sandra prepara una denuncia contra su colegio

La familia de Sandra Peña prepara una demanda penal contra el colegio Irlandesas de Loreto por inacción ante el acoso escolar

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La familia de Sandra Peña, la adolescente de 14 años que se suicidó a principios de octubre en Sevilla tras sufrir acoso escolar, ha anunciado que interpondrá en las próximas horas una demanda penal contra el colegio Irlandesas de Loreto, donde la menor cursaba sus estudios.

Los familiares aseguran que el centro fue plenamente consciente de la situación que vivía la niña y, pese a ello, no actuó para protegerla.

El tío de la menor, Isaac Villar, quien ejerce de portavoz de la familia, explicó en una entrevista en el canal 24 horas de TVE que los abogados están ultimando los detalles de la denuncia.

“El colegio podía haber hecho bastante más. Se puso en conocimiento de ellos la situación que mi sobrina estaba sufriendo, y no hicieron absolutamente nada”, manifestó visiblemente afectado.

Según Villar, los familiares habían mantenido varias reuniones con la dirección del centro antes del trágico desenlace.

En la última de ellas, celebrada a principios de septiembre, la familia aportó informes psicológicos que acreditaban el tratamiento que estaba recibiendo la menor por las consecuencias del acoso. “Decidieron no hacer nada”, lamentó.

Reacciones al comunicado del colegio

El colegio Irlandesas de Loreto emitió un comunicado después de conocerse la muerte de la alumna, expresando su “profundo dolor” y anunciando su colaboración con las autoridades para esclarecer los hechos. Sin embargo, para la familia, el mensaje llegó “tarde y mal”.

“Ese comunicado no nos aporta nada. Lo que esperábamos era una actuación a tiempo, no palabras después de la tragedia”, afirmó el tío de Sandra.

El entorno de la menor asegura que la respuesta del centro se limitó a separar a las alumnas implicadas en el acoso, una medida que consideran insuficiente.

“Simplemente las apartaron de clase, pero no tomaron medidas reales para frenar la situación ni garantizar la seguridad de mi sobrina”, señaló Villar.

El caso ha generado una profunda conmoción en Andalucía y reabierto el debate sobre los protocolos contra el acoso escolar en los centros educativos. Asociaciones de padres y contra el bullying y entidades de protección infantil han reclamado una revisión urgente de los procedimientos de actuación cuando se detectan situaciones de riesgo.

Sandra era una estudiante aplicada y alegre, según relatan sus familiares y amigos. Sin embargo, en los últimos meses, su comportamiento había cambiado.

La adolescente había confesado sentirse aislada y humillada por algunas compañeras, un malestar que fue documentado por los profesionales que la atendían.

La familia asegura haber intentado en repetidas ocasiones que el colegio tomara medidas concretas. “Nuestra intención siempre fue buscar ayuda. Lo único que pedíamos era que escucharan a Sandra y la protegieran”, explicó su tío. “Hoy estamos destrozados porque sentimos que no se hizo nada cuando aún se podía hacer”.

El equipo jurídico que representa a los padres de Sandra está valorando presentar una denuncia por omisión del deber de socorro y negligencia en la gestión del caso. Fuentes cercanas al proceso han confirmado que la demanda se presentará ante los juzgados de Sevilla en los próximos días.

El suceso ha reavivado el debate sobre el papel de los centros educativos en la prevención del acoso escolar. Expertos en educación subrayan que los colegios deben tener protocolos claros y efectivos para detectar, intervenir y acompañar a las víctimas de bullying.

Desde la Consejería de Educación de Andalucía, se ha anunciado la apertura de una investigación interna para determinar si el colegio Irlandesas de Loreto cumplió con los protocolos oficiales.

Mientras tanto, la familia de Sandra continúa reclamando justicia y cambios estructurales. “Lo que queremos es que no haya otra Sandra. Que ningún niño tenga que pasar por lo mismo”, concluyó Isaac Villar.