La amenaza de una DANA, que había puesto en alerta a la provincia de Sevilla y obligado a suspender las clases en colegios, institutos y universidades, se disipó en gran medida. A pesar de las previsiones iniciales que auguraban intensas precipitaciones y activaban los protocolos de emergencia en numerosos municipios, la realidad fue bien distinta.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había elevado el nivel de riesgo a naranja ante la previsión de más de 30 litros por metro cuadrado en una hora, una cifra que hubiera podido causar importantes inundaciones. Sin embargo, las precipitaciones resultaron ser mucho más moderadas de lo esperado, concentrándose principalmente en las primeras horas del día y afectando con mayor intensidad al Aljarafe sevillano.
La estación meteorológica de Tomares registró la mayor cantidad de precipitaciones, con 18,2 litros por metro cuadrado, seguida de Carrión de los Céspedes, Almadén de la Plata y Tablada. En el resto de la provincia, las precipitaciones fueron escasas, quedando muy por debajo de las previsiones iniciales.
Esta discrepancia entre las predicciones y la realidad ha generado cierta controversia, ya que las medidas preventivas adoptadas, como la suspensión de las clases y la activación de los planes de emergencia, tuvieron un impacto significativo en la vida cotidiana de los ciudadanos.
A pesar de que la amenaza de la DANA se ha disipado, las previsiones meteorológicas indican que aún podrían producirse algunas precipitaciones durante la madrugada del viernes, aunque con menor intensidad. A partir de entonces, se espera un aumento de las temperaturas y un predominio de cielos despejados durante el fin de semana.
La lluvia y los pantanos
Las recientes lluvias han traído consigo una noticia más que bienvenida para Sevilla: el notable aumento de los niveles de agua en sus embalses. Tras un periodo de sequía prolongada, los pantanos de la provincia se encuentran ahora en una situación mucho más favorable, con una media que supera el 64% de su capacidad total.
Un claro ejemplo de esta recuperación hídrica es el embalse del Gergal, que ha alcanzado su capacidad máxima por segunda vez en menos de una semana. Ante esta situación, las autoridades han procedido a abrir las compuertas para desembalsar el excedente de agua. Aunque se trata de un embalse de tamaño relativamente pequeño, con una capacidad de 35,04 hectómetros cúbicos, el hecho de que se encuentre al 100% de su capacidad es un indicador claro de la abundancia de agua en la zona.
Otros embalses de la provincia también presentan niveles muy satisfactorios. El embalse de Melonares, por ejemplo, se encuentra al 94% de su capacidad, con un volumen embalsado de 174,39 hectómetros cúbicos. Asimismo, el embalse de la Minilla ha alcanzado el 69,6% de su capacidad total, con 40,2 hectómetros cúbicos almacenados.
Esta mejora en la situación hídrica de Sevilla es una excelente noticia, ya que garantiza el suministro de agua para los próximos meses y reduce el riesgo de sequía. Además, contribuye a restaurar los ecosistemas acuáticos y a mejorar la biodiversidad de la región.
No obstante, es importante recordar que la gestión del agua es un tema complejo que requiere una planificación a largo plazo. Aunque las lluvias recientes hayan aliviado la situación, es fundamental seguir adoptando medidas para garantizar un uso eficiente del agua y preservar este recurso vital para las generaciones futuras.mo los desafíos que aún persisten.