El sector hostelero de Sevilla ha mostrado su satisfacción tras el anuncio del alcalde, José Luis Sanz, de suavizar las restricciones de la llamada «ley seca» durante la Madrugada del Viernes Santo. La medida, que retrasa a las tres de la madrugada el inicio de la prohibición de venta de alcohol y permite la comercialización de bebidas de baja graduación, ha sido recibida como un gesto de «descriminalización» hacia un colectivo que se había sentido injustamente señalado tras los disturbios de años anteriores.
Desde la Asociación de Hosteleros de Sevilla valoran positivamente esta decisión, asegurando que supone «reconocer la responsabilidad» de un sector que, insisten, siempre ha sido «parte de la solución y no del problema». La patronal subraya que sus negocios «contribuyen al buen desarrollo de la Semana Santa» y considera que el nuevo marco normativo permitirá desarrollar su actividad con más normalidad en uno de los periodos de mayor afluencia turística y de facturación para la ciudad.
«Estos pequeños pero firmes pasos nos permiten mirar al futuro con optimismo. Sabemos que Sevilla es capaz de gestionar como ninguna otra ciudad los grandes eventos», afirman desde la asociación, que recuerda la importancia de la corresponsabilidad tanto de empresarios como del público general en una celebración que atrae a miles de personas a las calles.
Relajación de la «ley seca»
En paralelo, el Ayuntamiento ha anunciado que, pese a la relajación de la ley seca, reforzará los controles para evitar prácticas ilegales como el consumo de alcohol en la vía pública. Se desplegarán operativos especiales de la Policía Local durante la Madrugada para vigilar especialmente las botellonas, con el objetivo de garantizar la seguridad y el respeto al ambiente de recogimiento que caracteriza esta noche emblemática de la Semana Santa sevillana.
La patronal hostelera respalda también estas medidas de control, recordando que siempre ha estado en contra de «comportamientos incívicos que puedan empañar la imagen de la ciudad y de sus fiestas».
No obstante, la amenaza de un nuevo frente de inestabilidad meteorológica mantiene en alerta a los hosteleros. Las primeras previsiones apuntan a la posible entrada de una DANA a finales de semana, lo que podría afectar tanto a los días de vísperas (Viernes de Dolores y Sábado de Pasión) como al arranque de la Semana Santa, especialmente desde el Domingo de Ramos hasta el Martes Santo.
Recuerdos de la Semana Santa de 2024
El sector recuerda el grave impacto que el mal tiempo tuvo en 2024, cuando la caída de la facturación en bares y restaurantes osciló entre el 50% y el 70%. Por ello, los hosteleros apelan al optimismo y la prudencia: «En estos momentos sólo nos queda confiar en que las predicciones mejoren y podamos disfrutar de la gran fiesta de Sevilla con normalidad, tanto para el disfrute ciudadano como para la economía local».
Mientras tanto, muchos establecimientos ya se preparan para los días grandes de la Semana Santa reforzando sus plantillas y aumentando sus pedidos, con la esperanza de que este año la climatología permita el esperado despegue de una de las semanas más importantes para la hostelería y el comercio sevillano.