Los comerciantes de la Macarena piden ayuda ante el aumento de la inseguridad en el barrio

Los residentes denuncian el declive del barrio y reclaman más presencia policial y apoyo institucional

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Personas peleando en una calle del barrio de la Macarena.
Pelea en el barrio de la Macarena.

Cada mañana, cuando Ana Morales abre su tienda en la avenida Doctor Fedriani, no sabe si encontrará el escaparate intacto o si tendrá que limpiar cristales rotos. Lleva más de una década al frente de su negocio en la Macarena, pero admite que nunca había vivido una situación como la actual: “Lo peor no son las pérdidas económicas, es la impotencia de no sentirte protegida”, asegura.

En los últimos meses, esta comerciante ha sido víctima de varios intentos de robo, ha presenciado peleas a pocos metros de su puerta y ha tenido que lidiar con personas consumiendo alcohol o drogas justo frente a su escaparate. “Un día encontré a un hombre dormido en el umbral, con una botella en la mano. Otro día me rompieron el cristal intentando entrar con una barra de hierro. Ya nada me sorprende”, lamenta.

El barrio de la Macarena en retroceso

El barrio de la Macarena, tradicionalmente vinculado a la vida de los vecinos y muy comercial de Sevilla, sufre desde hace años una degradación progresiva que preocupa tanto a comerciantes como a residentes. María Jesús Romero, vecina de la calle San Lázaro desde hace más de 35 años, asegura que la situación se ha ido deteriorando sin que nadie ponga remedio. “Antes los niños jugaban en la calle, ahora evitamos salir tarde. Hemos pasado del orgullo de barrio al miedo cotidiano”, afirma.

Las asociaciones de vecinos llevan tiempo alertando de la necesidad de más vigilancia y mejores servicios sociales, pero los esfuerzos parecen no ser suficientes. “Nos reunimos, escribimos cartas, pedimos reuniones… pero seguimos igual o peor”, cuenta Manuel Castillo, vecino de la zona norte del distrito. “La convivencia está cada vez más tensa y los negocios empiezan a cerrar. ¿Qué más tiene que pasar?”, se pregunta.

Falta de apoyo institucional e inseguridad en la Macarena

Para los comerciantes, uno de los mayores problemas es la falta de respuesta efectiva por parte de las administraciones. “Llamas a la policía y te dicen que si no hay agresión, poco pueden hacer. ¿Esperan que alguien salga herido para intervenir?”, critica Ana Morales. Asegura que ha tenido que instalar un sistema de seguridad más costoso y reforzar la puerta de entrada para poder seguir trabajando con algo de tranquilidad.

Algunos vecinos señalan también al albergue municipal cercano como un foco de conflicto, aunque reconocen que el problema va más allá. “No se trata solo de las personas sin hogar, sino de una ausencia de planificación social y de recursos. La zona está desbordada y nadie parece asumir responsabilidades”, explica María Jesús.

Pese a todo, los comerciantes no se resignan. Ana Morales tiene previsto asistir el próximo 23 de junio a una reunión en el Ayuntamiento de Sevilla donde se abordarán los efectos de las obras del metro en la zona, pero aprovechará para poner sobre la mesa los problemas de inseguridad que, según afirma, son más urgentes. “El metro nos afecta, claro, pero lo que de verdad nos está hundiendo es la sensación de que a nadie le importa lo que pasa aquí”, sostiene.

La Macarena sigue siendo un barrio con vida, con historia y con ganas de recuperar su esplendor. Pero sus vecinos necesitan algo más que paciencia. “Este barrio no es marginal, está en el centro, junto a un hospital, una universidad… Merecemos que nos cuiden”, concluye Ana, antes de volver al mostrador, mientras vigila de reojo la calle por si algo más ocurre.