Lipasam intensifica las tareas de limpieza en Las Tres Mil Viviendas

La presencia policial sigue siendo visible, especialmente en las zonas más conflictivas, como los Marrones y los Verdes

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Limpieza en las Tres Mil Viviendas.
Operarios de Lipasam en las Tres Mil Viviendas.

Un nuevo panorama se dibuja en las Tres Mil Viviendas, el barrio sevillano que hace apenas dos semanas era noticia nacional por los violentos tiroteos que sacudieron sus calles. Hoy, el ambiente es otro. La presencia policial, que se intensificó tras los incidentes, se combina ahora con una intensa actividad de limpieza que ha cambiado radicalmente el aspecto del barrio.

Las imágenes actuales contrastan notablemente con las de hace unos días. La basura, antes acumulada en las calles y en los alrededores de los contenedores, ha desaparecido. El fuerte olor a marihuana que impregnaba el aire se ha atenuado considerablemente. En su lugar, se respira un ambiente más limpio y ordenado, gracias al incansable trabajo de los operarios de Lipasam, que recorren las calles del barrio con maquinaria especializada y a pie.

El Ayuntamiento de Sevilla ha desplegado un dispositivo especial de limpieza en la zona, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los vecinos y recuperar la normalidad en un barrio marcado por la violencia y el abandono. Sin embargo, la presencia policial sigue siendo visible, especialmente en las zonas más conflictivas, como los Marrones y los Verdes.

Los trabajadores de Lipasam, a pesar de las dificultades que encuentran en ocasiones, se muestran comprometidos con su tarea. A pesar de algún incidente aislado, como el que sufrió un operario que fue agredido por unos jóvenes, la mayoría de los vecinos colaboran con ellos.

Sin embargo, la calma aparente puede ser engañosa. En algunos puntos del barrio, la tensión sigue latente. En la calle Lazarillo de Tormes, escenario de uno de los tiroteos más violentos, algunos vecinos no ocultan su malestar, la presencia de numerosos baches en la calle, creados intencionadamente para dificultar la circulación de los vehículos policiales, es una muestra de esta actitud desafiante.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la erradicación de la violencia y el narcotráfico en las Tres Mil Viviendas es un proceso lento y complejo. La limpieza de las calles es un primer paso, pero es necesario abordar las causas profundas de los problemas que afectan a este barrio.

Presencia policial

La presencia policial es constante, con patrullas que recorren las calles a todas horas y realizan controles aleatorios. En la rotonda de la Factoría Cultural, un punto estratégico, una unidad de la UPR vigila de cerca cualquier movimiento sospechoso. Motocicletas de gran cilindrada y un furgón policial son elementos habituales del paisaje.

La noche anterior, un joven que circulaba en moto fue detenido y esposado por los agentes, aunque tras una breve inspección fue liberado al no encontrarse nada ilícito en su poder. Estos controles rutinarios son ahora más frecuentes y exhaustivos, en un intento por restablecer la seguridad en una zona marcada por la violencia.

En un descampado, a plena vista de todos, yacen restos de plantaciones de marihuana, abandonados apresuradamente por sus propietarios antes de las redadas policiales. Tallos, hojas y tierra abonada se esparcen por el suelo, evidenciando la magnitud del cultivo de cannabis en la zona.

La presencia de electricistas trabajando en la zona, aunque reticentes a ser fotografiados, revela la compleja infraestructura eléctrica que sustenta estas plantaciones ilegales. Vecinos del barrio, mientras tanto, expresan su preocupación por la detención de personas inocentes y por la falta de resultados en la búsqueda del arma utilizada en los tiroteos.

En Las Vegas, una de las zonas más conflictivas de las Tres Mil Viviendas, la degradación es palpable. El consumo de drogas a la vista de todos y el deterioro del mobiliario urbano reflejan la difícil situación que atraviesa esta comunidad. Incluso el gran mural de Camarón, otrora símbolo de identidad para los vecinos, parece haber perdido su brillo y su significado.

La intensificación de la vigilancia policial y las labores de limpieza son medidas necesarias para recuperar la seguridad y la convivencia en las Tres Mil Viviendas.