Uno de los asesinos del concejal del Partido Popular en Sevilla, Alberto Jiménez-Becerril, y de su esposa, Ascensión García Ortiz, ha sido puesto en libertad condicional tras pasar 27 años en prisión. José Luis Barrios Martín, ex miembro de la banda terrorista ETA, fue condenado a 60 años por su implicación directa en el atentado perpetrado el 30 de enero de 1998 en la calle Don Remondo de la capital andaluza.
La decisión ha sido autorizada por el juez central de Vigilancia Penitenciaria, tras valorar que desde 2024 el condenado se encontraba ya en régimen de tercer grado. Barrios cumplía condena desde junio en su domicilio, bajo control telemático, por lo que este paso representa la transición final hacia una vida en libertad casi total.
Barrios, conocido también como «Txetxu», fue trasladado en 2002 a la prisión de Martutene (Guipúzcoa), tras solicitar un acercamiento al País Vasco desde el centro penitenciario de Zuera (Zaragoza), con el argumento de querer estar más cerca de su familia. A lo largo de su condena, ha estado también en las cárceles de Alcalá-Meco y Pamplona.
Sin arrepentimiento ni perdón del asesino de ETA
Lejos de mostrar arrepentimiento, Barrios Martín llegó incluso a ocupar un escaño en el Parlamento de Navarra por Euskal Herritarrok (EH) meses después del asesinato, tomando posesión del cargo tras ser conducido desde prisión. En ningún momento ha pedido perdón a las víctimas ni ha manifestado voluntad de reparación.
La reacción por parte de la familia no se ha hecho esperar. Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal asesinado, expresó su profunda indignación a través de su cuenta en la red social X: “José Luis Barrios Martín no es un preso político, es un terrorista de ETA que acabó con la vida de mi hermano Alberto y su mujer Ascen. Y dejó huérfanos a tres niños de 4, 7 y 8 años. Debería haber cumplido íntegramente su condena y quedar señalado como lo que es, un asesino”.
La familia y diversas asociaciones de víctimas del terrorismo han lamentado lo que consideran un nuevo agravio a la memoria de quienes fueron asesinados por ETA, al considerar que la legislación permite beneficios penitenciarios a personas que no han mostrado ni el más mínimo gesto de arrepentimiento.
Un crimen de ETA que marcó a Sevilla
El 30 de enero de 1998, José Luis Barrios Martín y Mikel Azurmendi Peñagaricano asesinaron a sangre fría al matrimonio Jiménez-Becerril-García cuando regresaban a su domicilio tras una cena. El atentado, cometido en pleno centro histórico de Sevilla, conmocionó a la sociedad andaluza y española. Alberto, concejal del PP, y Ascensión, funcionaria de la Junta de Andalucía, dejaron tres hijos pequeños.
Pese a la gravedad de los hechos y la amplia condena impuesta, la legislación vigente ha permitido que Barrios Martín recupere parcialmente su libertad más de tres décadas antes de cumplir su pena completa.
La salida en libertad condicional de uno de los autores de uno de los crímenes más dolorosos de ETA reabre el debate sobre la política penitenciaria hacia los terroristas y el papel del arrepentimiento como condición para acceder a beneficios.