Las rutas del tráfico de personas en España son complejas y dinámicas, variando según el origen y destino de las víctimas, así como las estrategias de las redes de trata. La liberación de 21 personas en Sevilla, explotadas laboralmente, ha reabierto el debate de un problema que aunque oculto está ahí, existe.
El tráfico de personas, también conocido como trata de personas, «es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación», que es su definición según modernas enciclopedias.
En otras palabras, es el comercio ilegal de personas con el objetivo de explotarlas de diferentes formas:
Sexual: Forzar a las personas a prostituirse o a realizar otros actos sexuales a cambio de dinero o beneficios.
Laboral: Someter a las personas a trabajos forzados o en condiciones de servidumbre, incluyendo trabajos peligrosos o degradantes.
Mendicidad forzada: Obligar a las personas a pedir limosna en las calles.
Extracción de órganos: Extirpar órganos o tejidos de las personas sin su consentimiento.
Matrimonio forzado: Obligar a las personas a casarse contra su voluntad.
Las víctimas del tráfico de personas son: Mujeres, hombres y niños. Personas de todas las edades, razas, religiones y nacionalidades. Personas que viven en situaciones de pobreza o vulnerabilidad.
Las redes de trata de personas utilizan diversos métodos para captar a sus víctimas: Falsas promesas de trabajo o matrimonio, ofertas de viajes o becas, engaño y manipulación o violencia e intimidación.
Rutas que siguen los «traficantes de personas»
Se pueden identificar algunas rutas principales, que serían, en función de origen, las siguientes:
África Occidental: Nigeria, Ghana, Costa de Marfil, Senegal y Gambia. Tienen su entrada por Canarias, Andalucía y Murcia. Siendo el destino de la persona la explotación sexual, laboral o la mendicidad forzada.
Europa del Este: Origen: Rumanía, Bulgaria, Ucrania y Moldavia. Tienen el acceso a España por Barcelona, Madrid y Valencia. El objetivo de introducir a estas personas en nuestro país es con un fin de explotación sexual, laboral o de servidumbre doméstica.
Latinoamérica: Origen: Colombia, Venezuela, República Dominicana y Ecuador. Con entrada por Madrid, Barcelona y Canarias. El destino es la explotación sexual, laboral, matrimonio forzado o portar drogas.
Asia: China, Vietnam y Malasia. Acceden al país por Madrid y Barcelona. Destinados/as a explotación laboral, y servidumbre doméstica.
También cabe destacar una vía interna que tiene su origen en la propia España (comunidades autónomas con mayor pobreza) y también con un fin de explotación sexual, laboral y mendicidad.
¿Cuáles son las ramificaciones del tráfico de personas hasta llegar a Sevilla?
Las ramificaciones del tráfico de personas en Sevilla son igualmente complejas. Deriva en que las víctimas suelen ser destinadas a la explotación sexual siendo mujeres y niñas (mayormente), obligadas a prostituirse en las calles, clubes de alterne o pisos de citas. Igualmente a la explotación laboral donde se obliga a las personas a trabajar en condiciones precarias y abusivas en sectores como la agricultura, la construcción o el servicio doméstico.
También hay que lamentar la explotación de menores. Los niños y niñas son especialmente vulnerables al tráfico y pueden ser explotados sexualmente, laboralmente o forzados a participar en actividades delictivas.
En Sevilla tenemos que el tráfico de personas puede derivar de África Occidental donde las víctimas, principalmente mujeres y niñas, suelen llegar a la ciudad previamente habiendo pasado a través de pateras o embarcaciones precarias que atraviesan el Estrecho de Gibraltar.
De Europa del Este o Latinoamérica donde las víctimas, principalmente mujeres y jóvenes, pueden llegar a Sevilla por vía aérea o terrestre, utilizando documentación falsa o con la ayuda de redes de tráfico que operan en Europa.
La presencia de redes de trata -redes mafiosas y violentas- y la explotación de personas genera inseguridad y violencia. Las víctimas del tráfico de personas son más propensas a sufrir enfermedades físicas y mentales, así como a ser víctimas de violencia allá donde se produce la violación de los derechos humanos. El tráfico de personas es un delito muy grave penado por la Ley.
El Gobierno de España y las comunidades autónomas tratan de combatir el tráfico de personas. El Grupo de Coordinación contra la Trata de Seres Humanos (ICAT, de la ONU), compuesto por diferentes organismos públicos, se encarga de coordinar las actuaciones contra todo ello.
La denuncia es fundamental para identificar a las víctimas y desarticular las redes de trata.