El Polígono Sur de Sevilla, un barrio marcado por la desigualdad y la exclusión social, ha sido sacudido nuevamente por la violencia. Tiroteos con armas de guerra han convertido las calles de las Tres Mil Viviendas en un campo de batalla, dejando a los vecinos aterrorizados y exigiendo una acción urgente por parte de las autoridades.
Jaime Bretón, comisionado para el Polígono Sur, ha lanzado un llamado desesperado al Gobierno central, solicitando un plan de seguridad especial para la zona. Bretón ha expresado su profunda preocupación ante el aumento de la violencia, señalando que la situación ha escalado de manera alarmante, pasando de simples exhibiciones de armas a enfrentamientos armados con armamento de alto calibre.
«Evidentemente estamos muy preocupados. Hemos pasado de que alguien hiciera ostentación de armas con una pistola o una escopeta a que se utilice armamento muy sofisticado», afirmó Bretón. El comisionado recordó el trágico caso de una niña de siete años que perdió la vida a causa de una bala perdida, subrayando la grave amenaza que representan estos tiroteos para la población civil.
Las raíces del problema
Las causas de esta escalada de violencia se encuentran en la proliferación del cultivo de marihuana en el barrio, que ha generado una economía subterránea y ha atraído a grupos criminales que se disputan el control del lucrativo negocio. «Las plantaciones de marihuana suponen un problema muy importante, pues hay mucho dinero de por medio en distintos clanes y eso hace que la rivalidad entre ellos vaya en aumento», explicó Bretón.
Los tiroteos han generado un clima de miedo y desconfianza entre los vecinos, que se sienten atrapados en una espiral de violencia. Muchos han expresado su frustración ante la falta de respuesta por parte de las autoridades y han pedido medidas más efectivas para combatir el crimen organizado.
«Esto debe ser un punto de inflexión», insistió Bretón, quien destacó la necesidad de una mayor presencia policial y de controles más estrictos sobre el tráfico de armas. Además, el comisionado hizo un llamado a la unidad de la comunidad, subrayando que la mayoría de los vecinos son personas trabajadoras que desean vivir en paz y seguridad. La violencia en el Polígono Sur no es un problema aislado, sino un reflejo de las profundas desigualdades sociales que persisten en muchas ciudades españolas.
La crisis en el Polígono Sur
El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, ha subrayado la gravedad de la situación y ha anunciado que se están realizando análisis exhaustivos del armamento utilizado. «La tipología del armamento empleado y la peligrosidad de los proyectiles revelarán la magnitud del problema», afirmó Toscano, quien comparó la situación con otras zonas de Europa afectadas por problemas similares.
Toscano ha destacado la necesidad de adoptar un enfoque integral para abordar la problemática del Polígono Sur, que va más allá de las medidas de seguridad. «El Polígono Sur es un barrio que enfrenta múltiples desafíos, desde la falta de oportunidades laborales hasta la escasez de vivienda digna», señaló. «Es fundamental abordar estas cuestiones de manera conjunta para garantizar la convivencia pacífica y el desarrollo de la comunidad».
Por su parte, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha insistido en la necesidad de reforzar la presencia policial en el Polígono Sur. «Las imágenes de los tiroteos son inaceptables», afirmó Sanz, quien ha solicitado al Gobierno central una mayor asignación de efectivos policiales para la ciudad.
Sin embargo, fuentes del Gobierno central han cuestionado esta demanda, asegurando que la plantilla de la Policía Nacional en Sevilla se encuentra cubierta en un alto porcentaje.
El sentir de los vecinos
La plataforma ciudadana «Nosotros También Somos Sevilla» ha expresado su indignación ante la escalada de violencia y ha exigido a las autoridades que tomen medidas contundentes para acabar con la impunidad y garantizar la seguridad de los residentes. «No podemos seguir tolerando esta situación», afirmó Rosario García, portavoz de la plataforma. «Necesitamos que las autoridades demuestren que tienen el control y que están dispuestas a protegernos».
La combinación de desigualdad social, falta de oportunidades y la proliferación de las armas de fuego crea un caldo de cultivo para la violencia.