La tos ferina está resurgiendo en España, con un notable aumento de casos en 2024. De los 482 casos notificados en la última semana, 128 se han registrado en Andalucía, lo que representa el 26% del total nacional.
Las autoridades sanitarias advierten de la necesidad de reforzar la vacunación contra esta enfermedad, especialmente en adolescentes y adultos, quienes actúan como principales vectores de transmisión. La inmunidad a la tos ferina se debilita con el tiempo, por lo que se recomienda una dosis extra para mantener la protección.
La tos ferina es una infección respiratoria altamente contagiosa que afecta a personas de todas las edades, pero que es especialmente grave en bebés. Los síntomas incluyen tos persistente, fiebre y dificultad para respirar.
En España, la tos ferina se encuentra en una epidemia sostenida desde 2010, con un promedio de 4.000 casos anuales. La pandemia del COVID-19 provocó una reducción temporal de las infecciones, pero la tendencia actual es al alza.
Para combatir el brote, se recomienda:
-Reforzar la vacunación en todas las edades, especialmente en adolescentes y adultos.
-Mantener las medidas de higiene como el lavado de manos y la distancia social.
-Utilizar mascarillas en lugares concurridos o al contacto con personas enfermas.
-Estar atentos a los síntomas y acudir al médico si se sospecha de tos ferina.
La tos ferina es una enfermedad prevenible. Con la vacunación adecuada y las medidas de prevención necesarias, podemos controlar la epidemia y proteger a la población más vulnerable.
La tos ferina: una enfermedad prevenible que resurge
A pesar de las vacunas y la alta cobertura vacunal, la tos ferina está resurgiendo en todo el mundo. En las últimas dos décadas, la incidencia de esta enfermedad ha aumentado, convirtiéndola en una de las enfermedades prevenibles por vacunación más prevalentes.
Las estrategias de vacunación actuales no son suficientes. Se sospecha que la incidencia real de la enfermedad es mayor a la reportada, ya que la tos ferina en adultos suele pasar desapercibida.
Los síntomas de la tos ferina imitan a un resfriado común al inicio, con estornudos, secreción nasal, fiebre leve y tos leve. Luego, la tos se intensifica y se caracteriza por episodios rápidos seguidos de un sonido agudo. Estos episodios pueden terminar en vómitos.
El tratamiento con antibióticos es efectivo solo si se administra al inicio de la enfermedad. Las complicaciones de la tos ferina pueden ser graves e incluso mortales.
La mejor forma de prevenir la tos ferina es la vacunación completa. La vacuna se administra en combinación con la de la difteria y el tétanos, y está incluida en el calendario vacunal desde 1965. Se recomienda un refuerzo en la adolescencia y la adultez.