La rotonda de Alcampo, en Sevilla Este, se convierte en un circuito clandestino de drifting

Vecinos de la zona han denunciado en repetidas ocasiones el ruido ensordecedor de los motores y el peligro que supone esta actividad ilegal

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Avenida de Emilio Lemos y la rotonda de Alcampo.
Vista de la rotonda de Alcampo en la Avenida de Emilio Lemos.

La avenida de Emilio Lemos se ha convertido en el escenario de peligrosas exhibiciones automovilísticas a altas horas de la madrugada. Un grupo de jóvenes ha elegido la rotonda de Alcampo como su particular circuito, donde realizan maniobras de drifting a altas velocidades, poniendo en grave riesgo tanto a ellos mismos como al resto de usuarios de la vía.

Vecinos de la zona han denunciado en repetidas ocasiones el ruido ensordecedor de los motores y el peligro que supone esta actividad ilegal. Los testigos aseguran haber visto cómo los jóvenes pierden el control de sus vehículos, derrapan y realizan maniobras temerarias, poniendo en peligro a peatones y conductores que circulan por la zona.

«Es una auténtica locura lo que hacen», afirma un vecino que prefiere mantener el anonimato. «Parece que no tengan ningún respeto por las normas de tráfico ni por la seguridad de los demás».

La Policía Local de Sevilla ha recibido quejas alertando de estas prácticas peligrosas, pero a pesar de los esfuerzos por disuadir a estos jóvenes, el problema persiste. Las patrullas han intensificado la vigilancia en la zona, pero la dificultad para sorprender a los infractores en el momento de cometer las infracciones dificulta la aplicación de sanciones.

¿Qué es el drifting?

El drifting es una modalidad deportiva que consiste en derrapar intencionadamente un vehículo, pero debe realizarse en circuitos cerrados y bajo condiciones de seguridad controladas. Realizar estas maniobras en vías públicas constituye una infracción grave que puede acarrear la retirada del permiso de conducir y sanciones económicas.

Las consecuencias de estas prácticas pueden ser devastadoras. Además de poner en riesgo la vida de los propios conductores y de terceros, los «driftingueros» causan daños en el asfalto, generan ruido excesivo y molestias a los vecinos, y pueden provocar accidentes con consecuencias fatales.

Es fundamental que se tomen medidas contundentes para erradicar este tipo de conductas peligrosas. Se hace necesario reforzar la vigilancia policial, instalar cámaras de seguridad y aplicar sanciones ejemplares a los infractores. Asimismo, es importante concienciar a los jóvenes sobre los riesgos que conlleva este tipo ofensivo comportamiento y promover alternativas de ocio más seguras y legales.

Un infierno para los vecinos

La práctica del drifting en la avenida de Emilio Lemos, especialmente en la rotonda de Alcampo, se ha convertido en una auténtica pesadilla para los residentes de la zona. El ensordecedor rugido de los motores y el chirrido de los neumáticos al derrapar se adentran en sus hogares, interrumpiendo su descanso nocturno y generando un estrés considerable.

El ruido excesivo es un problema grave que afecta a la salud y al bienestar de las personas. Provoca trastornos del sueño, irritabilidad, dificultades para concentrarse y, a largo plazo, puede desencadenar problemas de salud más graves como hipertensión, enfermedades cardiovasculares y trastornos mentales.

Los vecinos denuncian que el ruido de las carreras clandestinas se prolonga hasta altas horas de la madrugada, impidiéndoles conciliar el sueño y afectando negativamente a su calidad de vida. «Es como vivir al lado de un circuito de carreras», se lamenta una vecina. «No podemos abrir las ventanas en verano porque el ruido es insoportable».

Las altas velocidades a las que circulan los vehículos y las maniobras temerarias que realizan los conductores representan un peligro.