Cadera de un Policía Nacional con su arma reglamentaria y vehículo policial al fondo.
Agente de la Policía Nacional junto a un vehículo.

La Policía Nacional vuelve a detener al asesino de la limpiadora de Nervión Plaza por nuevos robos violentos

Reaparece el asesino de la limpiadora de Sevilla: ahora acusado de pertenecer a una peligrosa banda de atracadores

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La Policía Nacional ha detenido en Sevilla al joven de origen magrebí que en 2015 asesinó a María Gracia Martínez, una trabajadora de la limpieza del centro comercial Nervión Plaza, cuando apenas tenía 14 años.

Diez años después de aquel crimen, el joven ha vuelto a ser arrestado, esta vez por su presunta implicación en una banda de atracadores que actuaba en el barrio de Los Pajaritos, utilizando armas de fuego para cometer los robos.

La detención se produjo durante una operación desarrollada a primera hora de la mañana del pasado viernes. Varias calles del barrio, entre ellas la de Estornino, fueron escenario de un amplio despliegue policial en el que participaron agentes de distintas unidades, en apoyo al Grupo de Atracos de la Policía Nacional.

En total, se practicaron al menos seis detenciones relacionadas con el grupo criminal que se investiga.

Un asesino reincidente que nunca logró reinsertarse

El detenido se convirtió en uno de los casos más recordados de violencia juvenil en Sevilla. En julio de 2015, cuando tenía solo 14 años, atacó brutalmente a la limpiadora del centro comercial Nervión Plaza, provocándole la muerte a golpes en una de las dependencias del personal del edificio.

El menor fue juzgado según la Ley del Menor, que contempla penas reducidas para infractores de esa edad, y fue condenado a cinco años y medio de internamiento en régimen cerrado tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía.

Tras cumplir su condena, el joven recuperó la libertad, pero, según fuentes policiales, nunca logró reinsertarse. Desde entonces ha sido arrestado en varias ocasiones por diferentes delitos, todos ellos relacionados con la violencia o los robos. Su nombre ha vuelto a aparecer en varios informes policiales desde su salida del centro de menores.

A comienzos de 2025 ya había sido arrestado en la llamada Operación Riquelme, en la que se desarticuló una banda de asaltantes de viviendas que también utilizaban armas de fuego. En aquella ocasión, la Policía detuvo a cinco personas.

Meses antes, había sido identificado y retenido por un altercado durante una botellona, igualmente en Los Pajaritos, lo que demuestra una trayectoria delictiva sostenida desde su salida de prisión.

Operación vinculada al desmantelamiento de redes criminales

El nuevo arresto se enmarca dentro de las investigaciones derivadas de la Operación Leda, una amplia redada desarrollada a finales de octubre en Los Pajaritos y otras zonas del este de Sevilla. Aquella operación se saldó con decenas de detenciones por delitos de robos con violencia, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, y permitió desmantelar varios pisos utilizados como puntos de venta y consumo de estupefacientes.

Según fuentes cercanas al caso, la Policía Nacional continúa rastreando las conexiones entre distintas bandas que operan en la zona, algunas de ellas relacionadas con robos violentos y ajustes de cuentas.

En el marco de esta misma investigación, los agentes lograron también resolver recientemente el homicidio de un hombre cuyo cuerpo fue hallado calcinado en el canal de los Presos, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra. El autor material de ese crimen ingresó en prisión este mismo viernes.

Los Pajaritos, un barrio bajo el foco policial

El barrio de Los Pajaritos sigue siendo uno de los puntos más vigilados de Sevilla por su alta concentración de delincuencia juvenil y redes dedicadas al tráfico de drogas. Las operaciones Leda y Riquelme, junto con esta última redada, forman parte de una estrategia de control policial que busca frenar el aumento de los delitos violentos en la zona.

La detención del joven asesino reabre el debate sobre la eficacia del sistema de reinserción de menores delincuentes en España. A pesar de haber cumplido una condena dentro del marco legal, su reincidencia demuestra, según los expertos, las limitaciones de los programas de reeducación cuando no existe un entorno familiar o social que facilite la integración tras la salida del centro.