Punto de luz con estela sobre el cielo nocturno.
Bólido visto en la sierra sur de Sevilla.

La nueva bola de fuego vista sobre el sureste peninsular podría ser reentrada de chatarra espacial

Restos de satélites, etapas de cohetes y otros fragmentos artificiales orbitan la Tierra y, de forma ocasional, regresan a la atmósfera, donde se incineran de manera espectacular

 

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En las noches de agosto, el firmamento regala uno de los espectáculos más esperados del año como son las Perseidas, también conocidas como las “Lágrimas de San Lorenzo”. Miles de personas, cada verano, se alejan de la contaminación lumínica para observar cómo diminutos fragmentos de polvo cósmico cruzan el cielo a toda velocidad, siendo fugaces destellos que invitan a pedir un deseo.

Sin embargo, en esta ocasión, el sur y el este de la península ibérica han sido testigos de dos fenómenos de gran intensidad en apenas tres noches, de estos dos solo uno de ellos parece estar relacionado con la clásica lluvia de estrellas.

La luz que cruzó el sureste en la madrugada del lunes el sureste de España

Poco después de la medianoche del domingo 10 de agosto, ya en los primeros minutos del lunes 11, vecinos de Murcia, Torrevieja, Ibi e incluso de la provincia de Cádiz quedaron sorprendidos al ver un destello que iluminó el cielo durante cerca de un minuto. Las redes sociales comenzaron a publicar vídeos y comentarios en cuestión de horas.

Las grabaciones muestran un objeto incandescente que avanzaba lentamente en comparación con un meteoro de las Perseidas, dejando una estela brillante y persistente, algo que no se corresponde con el patrón de las Perseidas.

En una de las tomas, captada desde Murcia, se aprecia claramente cómo la estela se fragmenta en varios puntos luminosos que se desprenden a su paso. Este tipo de trayectoria pausada, unida a la larga duración del fenómeno, apunta a una explicación distinta a la habitual en estas fechas como es la más que posible reentrada de chatarra espacial.

Restos de satélites, etapas de cohetes y otros fragmentos artificiales orbitan la Tierra y, de forma ocasional, regresan a la atmósfera, donde se incineran de manera espectacular. La hipótesis gana fuerza entre los expertos, si bien es cierto que ahora ninguna autoridad ha confirmado de forma oficial el origen del objeto.

Este fenómeno se ha visto en la sierra sur de Sevilla, en Cádiz, Granada, Málaga y Almería, entre otras provincias.

El brillante bólido del 8 de agosto

El asombro del sureste peninsular llega apenas tres noches después de que otro suceso astronómico acaparara gran interés El viernes 8 de agosto, a las 21:55 horas, una “brillante bola de fuego” recorrió gran parte del centro y este de España.

Según informó la Fundación Astrohita, que opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo), el fenómeno fue registrado por la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (SWEMN), en el marco del Proyecto SMART del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El investigador José María Madiedo, responsable del Proyecto SMART en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), explicó que el meteoroide procedía del cometa 109P/Swift-Tuttle, el mismo que origina la famosa lluvia de Perseidas.

Entró en la atmósfera a unos 217.000 kilómetros por hora, volviéndose incandescente por el rozamiento. La trayectoria comenzó a 116 kilómetros de altitud sobre Jarafuel (Valencia), atravesó Albacete y finalizó con una explosión a 86 kilómetros de altitud, sobre Los Arejos (Murcia).

El recorrido total en la atmósfera fue de 182 kilómetros y su luminosidad posibilitó verlo desde más de 600 kilómetros de distancia.

Según la Fundación Astrohita, la mayoría de las Perseidas son producidas por partículas minúsculas, pero cuando el fragmento es mayor que un guisante, el resultado es un bólido: una estrella fugaz extremadamente brillante.

La coincidencia en el tiempo entre ambos fenómenos —el meteoroide del 8 de agosto y la misteriosa luz -chatarra espacial- del 11— ha despertado un gran interés entre astrónomos y aficionados. Mientras el primero se atribuye a un fragmento del cometa Swift-Tuttle, el segundo podría deberse a restos de algún satélite terrestre que, tras décadas orbitando la Tierra, han regresado de forma espectacular.

En plena temporada alta de observación de las Perseidas, estos hechos recuerdan que el cielo nocturno no solo guarda belleza natural, sino también señales de la creciente huella tecnológica de la humanidad en el espacio.

Los próximos días, los análisis de trayectoria y composición realizados por la Red SWEMN y el Proyecto SMART serán fundamentales para esclarecer el misterio del destello del 11 de agosto.