La Iglesia Palmariana abre su Semana Santa a todos los públicos con acceso libre a su basílica, pero mantiene un estricto código de vestimenta

Estas celebraciones tendrán lugar entre el 20 y el 26 de marzo y seguirán un programa diario con procesiones que comenzarán a las 21:00 horas

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El Palmar de Troya.
Basílica de El Palmar de Troya.

La Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, conocida popularmente como Iglesia Palmariana y con sede en El Palmar de Troya (Sevilla), ha anunciado la apertura de su basílica a cualquier persona interesada en presenciar sus celebraciones de Semana Santa. Aunque la comunidad ha decidido eliminar las restricciones de acceso habituales, mantiene un estricto código de vestimenta que todos los asistentes deberán respetar.

El anuncio fue realizado a través de las redes sociales por el obispo irlandés de esta congregación, Braulio María, quien subrayó que cualquier persona, independientemente de su religión o creencias, podrá asistir a las procesiones y actos litúrgicos que se celebrarán dentro del recinto de la basílica. Estas celebraciones tendrán lugar entre el 20 y el 26 de marzo y seguirán un programa diario con procesiones que comenzarán a las 21:00 horas. Para poder participar, los interesados deberán presentarse a las 20:30 en la puerta principal del templo.

Esta apertura supone un cambio significativo en la política de acceso de la Iglesia Palmariana, conocida por su carácter hermético y sus estrictas normas internas. No obstante, a pesar de esta invitación al público general, la comunidad ha reiterado que se mantendrá un control riguroso sobre la vestimenta de los asistentes, una norma que ha sido históricamente innegociable dentro de la congregación.

Un código de vestimenta inflexible

Las normas de vestimenta impuestas por la Iglesia Palmariana exigen que los hombres acudan con pantalones largos que no sean ajustados ni de tela transparente, además de camisas de manga larga completamente abrochadas, incluyendo el cuello. También se requiere el uso de calcetines por encima del tobillo y se prohíben los cortes de pelo largos o teñidos. Además, no se permitirá la entrada a quienes lleven pendientes, piercings o tatuajes visibles.

Para las mujeres, las exigencias son aún más específicas. Solo se permitirá el acceso a aquellas que lleven faldas lo suficientemente largas para cubrir completamente las rodillas, incluso al sentarse. También deberán vestir camisas cerradas hasta el cuello y sin ningún tipo de escote. Bajo ningún concepto se permitirá el uso de pantalones, ya que, según las normas de la congregación, esta prenda es considerada exclusiva del vestuario masculino. Asimismo, la ropa confeccionada con tela vaquera está terminantemente prohibida para ambos sexos.

Una comunidad religiosa inmersa en secretismo

La Iglesia Palmariana, fundada en los años 70 en torno a las supuestas apariciones marianas en El Palmar de Troya, se ha mantenido durante décadas como una comunidad cerrada y con escasa relación con el mundo exterior. Su estructura jerárquica y su separación de la Iglesia Católica han generado controversia, al punto de que algunos expertos la consideran una secta debido a su riguroso control sobre los miembros y sus estrictas reglas de conducta.

Desde su establecimiento, la Iglesia Palmariana ha mantenido un perfil hermético, limitando la entrada a su recinto solo a fieles y seguidores de su doctrina. Sin embargo, en los últimos años ha mostrado un aparente interés en proyectar una imagen más accesible al público general. Esta apertura de su basílica en Semana Santa, junto con la posibilidad de tomar fotografías y vídeos dentro del recinto, forma parte de este nuevo enfoque de comunicación.

Aun así, las restricciones en cuanto a la vestimenta reflejan que la Iglesia Palmariana sigue fiel a sus principios tradicionales y no está dispuesta a flexibilizar su normativa interna. Aunque la posibilidad de asistir a sus ceremonias representa una novedad, los visitantes deberán acatar rigurosamente sus normas si desean presenciar sus peculiares celebraciones de Semana Santa.

Con esta medida, la Iglesia Palmariana busca atraer la atención del público y dar a conocer sus procesiones en un ambiente controlado, sin renunciar a su rigidez doctrinal. La incógnita es si este gesto de apertura se traducirá en un mayor interés por su Semana Santa o si las estrictas normas seguirán limitando la afluencia de visitantes.