
La Guardia Civil encuentra el cadáver de un hombre de 34 años desaparecido en un lago de Sevilla
La localidad de Guillena se encuentra consternada por la pérdida, mientras que la Guardia Civil mantiene la investigación abierta para esclarecer las circunstancias exactas del fallecimiento

Un trágico suceso ha conmocionado a la localidad sevillana de Guillena este pasado fin de semana. La Guardia Civil localizó el cadáver de un hombre de 34 años que había desaparecido mientras se bañaba en el paraje natural de Los Lagos del Serrano, un conocido punto turístico situado en la sierra norte de Sevilla.
El aviso de desaparición llegó en la tarde del domingo, cuando una mujer alertó al 112 de que su familiar había entrado en el agua y, minutos después, había dejado de ser visto. El dispositivo de búsqueda se activó de inmediato, con la participación de agentes de la Guardia Civil y del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que rastrearon la zona hasta entrada la noche.
Finalmente, en la mañana del lunes, los buzos localizaron el cuerpo sin vida del desaparecido. El hombre, de nacionalidad colombiana, cumplía con la descripción aportada por la familia y se encontraba en el mismo punto en el que había sido visto por última vez.
Los Lagos del Serrano, un área de gran afluencia de visitantes durante los meses de verano, han vuelto a ser escenario de un accidente mortal que reabre el debate sobre la seguridad en entornos acuáticos naturales de este tipo y la necesidad de extremar las precauciones en zonas de baño que carecen de vigilancia permanente así como tomar precauciones cuando se toma un baño.
Consejos para el baño: cómo evitar accidentes y el corte de digestión
Con la llegada del calor, los ríos, pantanos y lagos se convierten en puntos de atracción para quienes buscan refrescarse lejos de las playas masificadas. Sin embargo, expertos en emergencias recuerdan que los baños en aguas interiores entrañan riesgos añadidos, como corrientes imprevistas que puede provocar una tragedia, fondos irregulares y la ausencia de socorristas.
Entre las recomendaciones que se dan para evitar todo esto, entre las más destacadas, se encuentran:
Entrar progresivamente en el agua, sobre todo después de una comida, para que el cuerpo se adapte al cambio chocante de temperatura.
Evitar lanzarse de golpe al agua fría tras una larga exposición al sol, ya que el choque térmico puede provocar efectos indeseados como mareos o pérdida momentánea de conciencia.
No bañarse en solitario pues siempre es aconsejable estar acompañado y bajo la mirada de otra persona que pueda dar la voz de alarma.
Identificar previamente las zonas de baño seguras y evitar aquellas donde haya prohibiciones explícitas o falta de información sobre la profundidad o corrientes.
En el caso de los menores, mantener siempre la supervisión directa, incluso en aguas poco profundas.
Respecto al conocido “corte de digestión”, los especialistas puntualizan que no se trata de una interrupción de la digestión en sí, sino de un shock térmico o hidrocución, provocado por la entrada brusca en agua fría después una ingesta copiosa. Esto puede originar mareos, pérdida de conocimiento e incluso paro cardiorrespiratorio.
Por ello, se recomienda esperar al menos dos horas tras las comidas antes de nadar, entrar poco a poco en el agua y mojarse previamente la cabeza, la nuca y el pecho para aclimatar el cuerpo.
Aunque el caso de Guillena aún se encuentra bajo investigación, sucesos como este ponen de relieve la importancia de combinar el saber disfrutar y seguridad en espacios naturales. Tanto en ríos como en lagos, la falta de vigilancia, el desconocimiento del terreno y los descensos bruscos de temperatura pueden convertirse en factores de riesgo letales.
Las autoridades insisten en que la prevención es la mejor herramienta para evitar tragedias de forma que es importante informarse antes de acudir a un paraje, respetar las indicaciones de seguridad y, en caso de emergencia, alertar de inmediato a los servicios de rescate.