La cera acumulada tras la Semana Santa provoca accidentes en peatones y motocicletas

El equipo del alcalde José Luis Sanz justifica este calendario debido a la dificultad para retirar completamente la cera incrustada entre los adoquines sin dañar el pavimento

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Operarios de Lipassam quitan la cera junto al Ayuntamiento de Sevilla.
Trabajos de eliminación de cera de la calzada.

La Semana Santa ha dejado huella en Sevilla más allá de las emociones y estampas procesionales. Tres días después del Domingo de Resurrección, las calles del centro histórico aún conservan restos de cera que representan un serio peligro para peatones, motoristas y ciclistas. Este miércoles, una mujer ha resultado herida tras resbalar en la confluencia de las calles Tetuán y O’Donnell, una de las zonas más transitadas de la capital andaluza.

La caída, que se produjo a plena luz del día, obligó a la intervención de los servicios de emergencia. Testigos presenciales relataron que la mujer resbaló repentinamente sobre una mancha de cera, golpeándose contra el suelo con tal fuerza que perdió el conocimiento momentos después. Varios peatones la auxiliaron en un primer momento, antes de que llegara una ambulancia del 061 que prestaba servicio en las inmediaciones y que se encargó de trasladarla a un centro sanitario. Agentes de la Policía Local también se personaron en el lugar.

Este no ha sido un caso aislado. Desde el fin de la Semana Santa se han registrado otros incidentes similares, especialmente entre motoristas que han perdido el control de sus vehículos al pasar por zonas con restos de cera, como la calle Laraña. Esta vía, frecuentada por varias hermandades durante la Semana Mayor, sigue presentando riesgos por la presencia de cera derretida adherida al pavimento.

Un riesgo invisible pero constante

El peligro de la cera en la calzada es una preocupación recurrente cada año en Sevilla. Durante las procesiones, miles de cirios derraman cera sobre el adoquinado, generando una película resbaladiza que se adhiere al suelo. Cuando bajan las temperaturas, esta sustancia solidifica, pero con la llegada del calor —como el registrado esta semana, con máximas que rozan los 30 grados—, la cera se reblandece y se convierte en una trampa invisible.

Para los peatones, una simple caminata puede terminar en una caída con consecuencias graves, como fracturas o traumatismos. En el caso de motoristas o ciclistas, el riesgo es aún mayor, ya que una pequeña pérdida de adherencia puede provocar accidentes con desenlaces fatales. Las motocicletas, en particular, son vulnerables cuando toman curvas o frenan sobre estas superficies deslizantes.

Críticas a la gestión y tiempos de limpieza

El grupo municipal de Vox ha alzado la voz este miércoles para denunciar la lentitud en la limpieza de la cera en las calles del centro. Según su portavoz, la situación “supone un peligro público evidente” y exige “una respuesta más rápida y eficaz por parte del Ayuntamiento”.

Desde el gobierno local, sin embargo, aseguran que ya se ha activado un dispositivo especial para eliminar estos restos. Un total de 25 operarios trabajan en tres turnos diarios para cubrir la zona afectada, aunque admiten que el proceso es laborioso y puede alargarse hasta 20 días. El equipo del alcalde José Luis Sanz justifica este calendario debido a la dificultad para retirar completamente la cera incrustada entre los adoquines sin dañar el pavimento.

Precaución hasta después de la Feria

La advertencia es clara: mientras no se complete la limpieza, la cera seguirá presente en numerosas calles del centro, y con ella, el riesgo de accidentes. La situación podría prolongarse incluso hasta después de la Feria de Abril, por lo que las autoridades insisten en pedir máxima precaución a los viandantes y conductores.

Evitar frenazos bruscos, caminar con calzado antideslizante y prestar atención al suelo son algunas de las recomendaciones básicas. A su vez, se hace un llamado a los ciudadanos para que comuniquen cualquier punto especialmente peligroso a los servicios municipales, con el fin de acelerar su intervención.

La Semana Santa ya ha terminado, pero sus efectos aún se sienten en las calles. Y mientras tanto, cada paso por el centro de Sevilla requiere de atención redoblada.