Autobús de Tussam en color burdeos y con prolongación.
Vehículo largo de Tussam.

Indignación en Sevilla por la retirada de buses grandes en Pino Montano

Quejas de los vecinos por la falta de autobuses articulados en la Línea Norte de Tussam tras el estreno del Tranvibús

 

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La puesta en marcha del Tranvibús (TB1), la nueva apuesta de movilidad rápida en Sevilla, ha generado un inesperado efecto colateral como es la supresión de los autobuses articulados en la línea Norte de Tussam, una de las más concurridas de la ciudad.

Decenas de usuarios han manifestado su malestar en redes sociales al constatar que, desde el estreno del tranvibús, los vehículos que cubren el trayecto entre Pino Montano y el Prado —que están atravesando zonas tan transitadas como Kansas City y Nervión— son de menor capacidad.

La línea Norte, que transporta alrededor de 1,5 millones de pasajeros al año, se había afianzado como la más exitosa de las tres líneas exprés que gestiona Tussam, junto con la Este y la Sur.

Hasta ahora se caracterizaba por disponer de autobuses articulados, con una mayor capacidad para absorber la alta demanda. Pero en las últimas semanas los usuarios denuncian escenas de caos ya que los viajeros que no consiguen subir porque los vehículos llegan ya llenos, esperas prolongadas en las paradas e incluso tensiones con los conductores.

“Decenas de personas se han quedado tiradas, llegan tarde a sus trabajos y estudios, y hay peleas por los intentos de colarse. La tensión es enorme”, indicaban varios pasajeros en la red social X, donde la protesta se ha hecho viral.

Algunos testimonios señalan que este miércoles hubo que esperar más de 40 minutos viendo pasar autobuses completos incapaces de recoger a nuevos viajeros. “Desvestir la línea Norte para vestir el tranvibús es una falta de respeto a los vecinos”, resumía un usuario de los afectados.

El traslado de los articulados al Tranvibús

La explicación la han dado algunos conductores de la propia empresa en redes sociales y es que los autobuses articulados que prestaban servicio en la línea Norte y en la línea Este han sido destinados al Tranvibús.

Se trata de los mismos vehículos que, aunque fueron adquiridos para la nueva infraestructura, estaban en funcionamiento en otras rutas mientras finalizaban las obras.

“Los que están en el TB1 son los que antes usábamos en la LN y en la LE, además de alguno de otras líneas. Ahora se han quedado sin ellos”, aseguraba un conductor que firma como Un_ShofE_de_TUSSAM en la red social X.

La línea Este, que conecta Sevilla Este con el Prado y transporta 1,1 millones de pasajeros anuales, sufre una situación análoga.

Para los trabajadores de la compañía, el problema es que la empresa ha lanzado nuevas líneas sin contar con un número suficiente de vehículos de gran capacidad. “La flota se ha quedado pequeña. Hacen falta muchos más autobuses articulados”, dicen.

El malestar no parece tener una solución inmediata y los propios empleados advierten de que la situación puede agravarse.

El Ayuntamiento ha prometido para noviembre una nueva línea rápida que conectará Sevilla Este con el Hospital Virgen Macarena, pero la pregunta que se hacen dentro y fuera de la empresa es de dónde saldrán los vehículos necesarios. “Siempre lo mismo: desvestir a un santo para vestir a otro. No se pueden abrir nuevas rutas sin reforzar la flota”, indican los conductores.

La línea 6, otro de los recorridos urbanos con gran afluencia, también ha visto reducido el uso de articulados y solo en contadas ocasiones vuelve a disponer de ellos. El resultado es un servicio cada vez más intenso y saturado y que genera frustración tanto en usuarios como en empleados.

Mientras las quejas se multiplican, la dirección de Tussam guarda silencio. No ha emitido comunicados ni explicaciones públicas sobre el motivo de la retirada de los articulados de la línea Norte ni sobre si existe un plan para reforzar la flota. El desconcierto va en aumento entre los pasajeros, que aseguran sentirse desatendidos.

“Pagamos un bono mensual y no podemos ni subirnos al autobús, es indignante”, comentaba este jueves una pasajera habitual de la línea. Otros recuerdan que, con el curso escolar recién iniciado, son muchos los estudiantes que dependen de este trayecto para acudir a clase a diario.

La apuesta por la movilidad rápida en Sevilla, con el estreno del Tranvibús, ha abierto una nueva etapa en el transporte urbano, pero también ha dejado al descubierto la enorme fragilidad de un sistema que no ha sumado recursos, sino que ha redistribuido los que ya tenía.

Mientras tanto, los vecinos de Pino Montano y de otras zonas atendidas por la línea Norte siguen esperando, muchas veces sin éxito, a que un autobús con menos pasajeros se detenga en su parada.