
Grave denuncia de ACAIP: prisiones sevillanas sin médicos y con brotes de violencia y droga
Crisis sanitaria en las prisiones sevillanas: el déficit de personal agrava los incidentes y pone en riesgo la seguridad

El sindicato ACAIP ha vuelto a denunciar la falta de personal sanitario en los centros penitenciarios de Sevilla, una situación que, según advierten, está provocando un deterioro grave en la atención médica y un incremento de la conflictividad interna.
La organización sindical alerta de que las cárceles sevillanas son hoy “polvorines a punto de estallar”, debido al déficit estructural de médicos, enfermeros y auxiliares.
El problema, lejos de ser nuevo, se ha convertido en una constante que vulnera el Reglamento Penitenciario, cuyo artículo 208 garantiza a los reclusos una atención sanitaria integral y equivalente a la del resto de la población. Sin embargo, en la práctica, esta igualdad es cada vez más difícil de cumplir.
Según datos de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, cerca del 50% de los internos padece una o varias enfermedades mentales, muchas de ellas vinculadas al consumo de drogas o a trastornos derivados de adicciones prolongadas.
Ante esa realidad, la escasez de personal médico tiene un impacto directo y que es que no solo se reducen las consultas ordinarias, sino que también se complica el control y la supervisión de la medicación, un aspecto clave para la estabilidad regimental de los centros.
Incidentes tras los días festivos en las prisiones
El pasado lunes, en la Prisión de Sevilla-I, se registraron varios altercados tras el reparto acumulado de medicación para cuatro días, con motivo del puente festivo. Las tensiones derivaron en riñas en los módulos 53 y 58, así como en el Departamento 51, destinado a mujeres reclusas.
Igualmente los funcionarios intervinieron para incautar una importante cantidad de droga, introducida en el centro durante una comunicación familiar.
La jornada culminó con un traslado de urgencia al hospital de un interno que sufrió intoxicación aguda por consumo de diversas sustancias. La situación se agravó ante la ausencia de efectivos policiales, lo que obligó a que funcionarios penitenciarios se encargaran tanto de la custodia hospitalaria como de la escolta de la ambulancia, dejando al centro con dos agentes menos durante gran parte del turno nocturno.
Droga sintética y nuevos riesgos en las prisiones
La Prisión de Morón de la Frontera vivió una situación similar el mismo día. Varios internos tuvieron que ser atendidos de urgencia tras consumir droga sintética, una sustancia emergente cuya potencia y efectos impredecibles han encendido las alarmas entre el personal penitenciario.
Ante la ausencia de un médico presencial, los funcionarios se vieron obligados a trasladar a los afectados en ambulancia a un hospital. Este tipo de episodios, cada vez más frecuentes, subraya la vulnerabilidad del sistema sanitario penitenciario, que depende de recursos mínimos y plantillas insuficientes.
En Sevilla-II, la situación es especialmente crítica: el centro cuenta con solo tres médicos para atender a unos 1.300 internos. Según ACAIP, esta ratio es “claramente insuficiente” y provoca que varios días al mes no haya médico en el recinto, dejando a los internos sin cobertura sanitaria directa.
Desde ACAIP insisten en que la única solución pasa por el traspaso efectivo de las competencias sanitarias a las comunidades autónomas, tal como prevé la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud.
Esta medida, aprobada hace más de veinte años, sigue sin aplicarse en la mayoría de territorios, lo que perpetúa la dependencia del Ministerio del Interior en materia sanitaria penitenciaria.
El sindicato advierte de que la falta de recursos humanos y materiales no solo pone en riesgo la vida de los internos, sino que también compromete la seguridad de los trabajadores, al tener que asumir funciones que exceden sus competencias. “Esta situación vulnera derechos fundamentales y genera una inseguridad inasumible tanto para internos como para funcionarios”, señala ACAIP.
Mientras las denuncias se repiten, la realidad dentro de los centros penitenciarios de Sevilla sigue siendo la misma como son los servicios médicos desbordados, internos sin control sanitario continuo y una creciente tensión que amenaza con derivar en episodios de mayor gravedad si no se adoptan medidas urgentes.

