Golpe policial en Los Pajaritos, cuatro detenidos en una operación contra el crimen organizado

Este barrio, considerado uno de los más pobres de España según diferentes estudios socioeconómicos, sufre un deterioro progresivo en su tejido social y una alarmante tasa de criminalidad vinculada al tráfico de drogas y a la ocupación ilegal de viviendas

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Policía en plena redada.
Agentes con pasamontañas en plena redada en Los Pajaritos.

La Policía Nacional ha desplegado este martes un gran operativo en Sevilla en el marco de la operación Riquelme, que investiga una serie de robos con violencia cometidos en viviendas habitadas mediante el uso de armas de fuego. La intervención, en la que han participado más de 80 agentes, se ha saldado hasta el momento con la detención de cuatro personas y la realización de ocho registros, siete de ellos en la barriada de Los Pajaritos, una de las zonas más castigadas por la delincuencia y el narcotráfico en la capital andaluza.

El dispositivo ha contado con la participación de efectivos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Seguridad Ciudadana y el Grupo Operativo de Especial Seguridad (GOES). Durante la redada, se han intervenido diversos efectos relacionados con la investigación, aunque las autoridades no han especificado aún su naturaleza.

Los Pajaritos, un barrio en guerra contra el narcotráfico

El epicentro de la operación ha sido Los Pajaritos, una barriada que en los últimos años se ha convertido en un enclave estratégico para grupos criminales dedicados al narcotráfico, los robos violentos y otros delitos relacionados con la marginalidad. Este barrio, considerado uno de los más pobres de España según diferentes estudios socioeconómicos, sufre un deterioro progresivo en su tejido social y una alarmante tasa de criminalidad vinculada al tráfico de drogas y a la ocupación ilegal de viviendas.

La situación de Los Pajaritos ha empeorado en la última década. La falta de empleo, el fracaso escolar y la precariedad económica han convertido la zona en un caldo de cultivo para las mafias del narcotráfico, que han encontrado aquí un refugio ideal para sus operaciones. Bandas organizadas controlan la venta de drogas en numerosos puntos del barrio, utilizando viviendas okupadas como narcopisos y empleando a menores de edad como distribuidores para evitar ser detectados por la Policía.

El barrio se ha convertido también en escenario de numerosos episodios de violencia. Los enfrentamientos entre clanes rivales por el control del mercado de drogas son frecuentes, así como las agresiones y los robos con violencia, delitos que se han incrementado en los últimos años. Precisamente, los detenidos en la operación Riquelme están vinculados a tres asaltos violentos a viviendas, uno de ellos en la urbanización Torrepalma, cerca del aeropuerto de San Pablo.

Fuentes cercanas a la investigación han señalado que tres de los cuatro detenidos son de origen magrebí, mientras que el cuarto es español. Además de los robos con violencia, se les imputan otros delitos como lesiones y detención ilegal, lo que refuerza la hipótesis de que forman parte de una organización criminal más amplia.

Otro gran operativo en diciembre: el narcotráfico en el punto de mira

La operación Riquelme no es el primer golpe policial de gran envergadura en la zona. El pasado mes de diciembre, la Policía Nacional ya llevó a cabo otra macrooperación en Los Pajaritos, movilizando a más de 70 agentes y realizando siete registros domiciliarios. Aquella intervención culminó con la detención de nueve personas, además de la imputación de otras cuatro como investigadas no detenidas.

En ese operativo, las fuerzas de seguridad lograron incautar grandes cantidades de sustancias estupefacientes, en su mayoría drogas de diseño, además de vehículos y diversa documentación clave para la investigación. También se inmovilizaron varias viviendas utilizadas para la actividad delictiva y se bloquearon cuentas bancarias presuntamente vinculadas al blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

Los continuos operativos en esta barriada ponen de manifiesto el grave problema de inseguridad que afecta a Los Pajaritos y que los vecinos denuncian desde hace años. A pesar de la presencia policial, la sensación de impunidad y el temor a represalias impiden que muchos ciudadanos se atrevan a denunciar a los grupos criminales que operan en la zona.

Un barrio olvidado: entre la pobreza y la criminalidad

Los Pajaritos es, desde hace tiempo, uno de los barrios más vulnerables de Sevilla y de toda España. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), se encuentra entre las zonas con peor renta per cápita del país, con una tasa de desempleo que supera ampliamente la media nacional. La falta de oportunidades laborales y la precariedad de muchas familias han llevado a un aumento de la economía sumergida, en la que el tráfico de drogas juega un papel determinante.

A esto se suma el abandono institucional que los vecinos denuncian reiteradamente. La falta de inversión en infraestructuras, educación y servicios públicos ha generado un entorno de exclusión social que favorece la expansión de la delincuencia. Muchos edificios presentan un alto grado de deterioro, con viviendas en condiciones insalubres y calles donde el miedo y la violencia se han convertido en parte del día a día.

A pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad, la erradicación del crimen organizado en Los Pajaritos sigue siendo un desafío complejo. La realidad es que, tras cada gran operación policial, las estructuras delictivas se reorganizan y buscan nuevas formas de operar, aprovechando las carencias del sistema y la vulnerabilidad de la población.

Más operaciones en el horizonte

Las autoridades han señalado que la operación Riquelme sigue abierta y que no se descartan nuevas detenciones en los próximos días. La Policía Nacional continúa analizando la documentación y los efectos incautados en los registros, lo que podría arrojar más información sobre la estructura de la banda y su conexión con otras organizaciones criminales.

El reto de recuperar Los Pajaritos para sus vecinos es inmenso. La lucha contra la delincuencia y el narcotráfico no puede limitarse a la acción policial, sino que requiere un plan integral que combine seguridad con inversión social. Sin oportunidades reales para los jóvenes y sin un compromiso firme por parte de las instituciones, la espiral de violencia y criminalidad seguirá marcando el día a día de este barrio sevillano.

Por ahora, la operación Riquelme representa un nuevo golpe contra el crimen organizado en Sevilla, pero la batalla por erradicar el narcotráfico y devolver la tranquilidad a Los Pajaritos está lejos de haber terminado.