Zona azul y símbolo de la misma.
La zona azul se impondrá en las calles.

Estas son las nuevas calles de Sevilla se incorporan a la zona azul a partir de 2026: de esta forma afectará a conductores y vecinos

Los inconvenientes  son muchos y evidentes pues vecinos de la avenida de la Borbolla y de la calle Infanta Luisa de Orleans han manifestado su malestar por tener que pagar por aparcar

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A partir del 1 de enero de 2026, el Ayuntamiento de Sevilla ampliará la zona azul con la incorporación de seis nuevas calles al sistema de estacionamiento regulado.

La medida, que forma parte de las ordenanzas fiscales de 2026, fue aprobada este miércoles en la Comisión Especial de Hacienda tras el visto bueno del equipo de gobierno y el apoyo de Vox, pese a las alegaciones presentadas por PSOE y Podemos-IU.

Las vías que pasarán a formar parte de la zona azul son: avenida de la Borbolla, avenida de Portugal, calle Diego de Riaño, calle Ciudad de Ronda, calle Infante Carlos de Borbón y calle Infanta Luisa de Orleans.

Todas ellas se encuentran en la zona del Prado de San Sebastián y la zona de la Pirotecnia, áreas con una alta concentración de oficinas, tráfico constante y escasez de aparcamiento libre.

Según explicó el Servicio de Movilidad, el objetivo de la ampliación es mejorar la rotación de vehículos y facilitar el acceso a residentes y trabajadores.

El consistorio argumenta que la medida busca “reponer las plazas suprimidas” por las obras del Metrocentro y otros trabajos urbanísticos que han reducido la capacidad de estacionamiento en la zona.

El contrato actual de gestión de la zona azul, en manos de Aparcamientos Urbanos de Sevilla (Aussa) —empresa que está participada por Tussam—, expira en el verano de 2025.

Con la renovación del contrato, el Ayuntamiento pretende implantar un nuevo modelo de gestión que mantenga e incluso amplíe el número de plazas reguladas, actualmente en torno a 7.300.

Desde el gobierno local, se asegura que los vecinos de las calles afectadas no se verán perjudicados, ya que podrán seguir beneficiándose de la tarifa plana mensual para empadronados. De esta forma, no tendrán que abonar los 1,70 euros establecidos para dos horas de aparcamiento, ni estarán sujetos a los horarios habituales de regulación.

La ampliación de la zona azul se suma al paquete de medidas fiscales previsto para 2026, entre las que también figura una reducción del 1% en impuestos y tasas municipales y la previsión de ingresar 40 millones de euros con la nueva tasa de residuos urbanos.

Los pros y contras de la zona azul: entre la regulación y el descontento de los vecinos

La expansión de la zona azul en Sevilla no ha estado exenta de polémica. Aunque el Ayuntamiento defiende la medida como una herramienta para mejorar la movilidad, diversos colectivos de vecinos y conductores consideran que se trata de una “nueva forma de recaudar” en detrimento de quienes aparcan diariamente en estas zonas.

Entre los beneficios señalados por el consistorio se encuentra la rotación del estacionamiento, que evita que los vehículos permanezcan estacionados durante toda la jornada laboral, favoreciendo así el acceso de visitantes, usuarios de oficinas y comercios.

Igualmente el sistema regulado busca reducir el tráfico de búsqueda de aparcamiento y, con ello, las emisiones contaminantes en zonas céntricas.

Sin embargo, los inconvenientes también son muchos y evidentes pues vecinos de la avenida de la Borbolla y de la calle Infanta Luisa de Orleans han manifestado su malestar por tener que pagar por aparcar en lugares donde antes lo hacían gratuitamente.

Algunos denuncian que, aunque existan tarifas reducidas para vecinos y residentes, el trámite burocrático y el coste anual suponen una carga añadida.

“Nos dicen que es por la movilidad, pero la realidad es que cada año hay menos espacios libres y más zonas de pago”, señalaba un vecino de esta zona.

Otros vecinos temen que, con la ampliación, se traslade la presión del tráfico a calles colindantes que aún permanecen fuera del sistema regulado.

El debate sobre la zona azul en Sevilla es recurrente desde hace años. Mientras algunos sectores valoran la eficacia del modelo para organizar el aparcamiento en barrios muy saturados, otros reclaman una revisión más equitativa del mapa de estacionamiento, con alternativas de tipo  gratuitas o bonificaciones adicionales para familias y trabajadores locales.

Por ahora, la decisión parece que está tomada. A partir de enero de 2026, los conductores que frecuenten el entorno del Prado y la Pirotecnia deberán adaptarse al nuevo mapa de estacionamiento regulado, que ampliará las áreas de pago y cambiará la forma de moverse por una de las zonas más transitadas de Sevilla.