España adelantó sus relojes de las 2 a las 3, ¿como afecta a la salud?

Como resultado, es frecuente experimentar síntomas como somnolencia diurna, irritabilidad o falta de concentración, efectos que, aunque parezcan leves, pueden repercutir en el bienestar general si se prolongan en el tiempo

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Adelanto horario en los relojes al uso de verano.
Adelanto de la hora en el reloj, a las 2 son las 3.

En la madrugada del pasado domingo 30 de marzo, los relojes en España avanzaron una hora, pasando de las 2:00 a las 3:00. Este ajuste al horario de verano, instaurado con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo energético, trae consigo consecuencias que van más allá del simple cambio en el reloj.

Aunque el adelanto horario se percibe como una modificación menor, sus efectos sobre el organismo pueden ser significativos. El cuerpo humano, guiado por un complejo sistema de ritmos biológicos conocidos como ritmos circadianos, sufre un pequeño “jet lag” interno al tener que adaptarse a esta alteración repentina. Este desfase puede afectar al sueño, al estado de ánimo y al rendimiento cognitivo.

Un reloj biológico que se desajusta

El denominado “reloj interno”, que regula funciones como la temperatura corporal, la secreción hormonal o los ciclos de vigilia y descanso, se ve alterado con el cambio horario. Como resultado, es frecuente experimentar síntomas como somnolencia diurna, irritabilidad o falta de concentración, efectos que, aunque parezcan leves, pueden repercutir en el bienestar general si se prolongan en el tiempo.

Instituciones médicas como la Clínica Mayo advierten que los días posteriores al cambio al horario de verano suelen venir acompañados de dificultades para dormir, fatiga durante el día y fluctuaciones emocionales. A esto se suma un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, como infartos o ictus, tal y como han señalado investigaciones realizadas por la University of Utah Healthcare. Estos riesgos parecen estar asociados a la pérdida repentina de sueño y al estrés fisiológico derivado de la adaptación forzada al nuevo horario.

El impacto en la salud mental

No solo el cuerpo se resiente. La salud mental también puede verse afectada. Expertos indican que el adelanto horario puede intensificar los síntomas depresivos y aumentar la ansiedad, especialmente entre personas con mayor sensibilidad a los cambios de luz o con trastornos del sueño preexistentes. La menor exposición a la luz natural en las primeras horas del día influye negativamente en la producción de melatonina y serotonina, sustancias clave en la regulación del estado de ánimo.

¿A quién afecta más?

Algunos grupos son más vulnerables a esta transición. Entre ellos, los adultos mayores, cuyo sistema circadiano se adapta más lentamente con la edad; los niños y adolescentes, en quienes puede provocar alteraciones en el descanso y en el rendimiento escolar; y quienes padecen insomnio u otros trastornos del sueño, cuyas molestias tienden a agravarse.

Recomendaciones para una adaptación más suave

Para minimizar el impacto del cambio de hora, los especialistas aconsejan ajustar gradualmente los horarios de sueño en los días previos, adelantando la hora de acostarse y levantarse en intervalos de 15 minutos. Asimismo, recomiendan exponerse a la luz solar por la mañana, lo que ayuda a regular el reloj interno y favorece la producción de serotonina.

Establecer rutinas constantes en las horas de comida, actividad física y descanso también contribuye a mantener el equilibrio del ritmo biológico. Por último, es aconsejable evitar la cafeína y reducir el uso de pantallas antes de dormir, ya que interfieren en la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño.

Aunque el cambio de hora sigue siendo una práctica habitual cada primavera, su impacto en nuestro bienestar recuerda que no todo en el cuerpo humano se puede ajustar tan fácilmente como las manecillas del reloj. Atender a sus señales y adaptar nuestros hábitos puede marcar la diferencia para una transición más saludable.