Escasez de Ozempic en Andalucía por el aumento de su demanda para engañar al hambre

Los principios activos semaglutida (Ozempic y Wegovy) y tirzepatida (Mounjaro) producen una sensación prolongada de saciedad al ralentizar la digestión, lo que ha convertido a estos fármacos en objeto de deseo para quienes buscan perder peso

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Medicamento Ozempic.
Ozempic contra la diabetes y usado para quitar el hambre.

En la posguerra, muchas personas recurrían al sueño como estrategia para mitigar el hambre. Hoy, la farmacología ha revolucionado esa realidad con medicamentos capaces de suprimir el apetito de manera eficaz. Es el caso de los agonistas del receptor GLP-1, entre los que destacan Ozempic, Wegovy y Mounjaro, diseñados para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad. Sin embargo, su creciente popularidad ha generado una demanda que supera la capacidad de producción, provocando su escasez en las farmacias andaluzas.

Según datos de la distribuidora Bidafarma, la venta de estos medicamentos se ha cuadruplicado entre 2022 y 2024. Para Reyes Ravé, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, su impacto ha cambiado el enfoque en el tratamiento de la obesidad y la diabetes: “Estos fármacos han revolucionado la gestión de estas enfermedades, más allá de su eficacia clínica”.

El efecto que ha disparado la demanda

Los principios activos semaglutida (Ozempic y Wegovy) y tirzepatida (Mounjaro) producen una sensación prolongada de saciedad al ralentizar la digestión, lo que ha convertido a estos fármacos en objeto de deseo para quienes buscan perder peso. Sin embargo, el problema radica en la disparidad de precios y su disponibilidad. Mientras que el Sistema Nacional de Salud (SNS) solo financia Ozempic para el tratamiento de la diabetes tipo 2, Wegovy, indicado exclusivamente para la obesidad, tiene un coste de 180 euros por dosis, lo que ha llevado a muchos pacientes a optar por el primero, agotando su stock y perjudicando a quienes lo necesitan por prescripción médica.

El precio del Ozempic financiado es de 128,15 euros por dosis, pero los pacientes solo pagan la cantidad estipulada según su régimen de copago. Esta diferencia ha provocado que algunos médicos lo prescriban como fármaco no financiado para la obesidad, lo que ha generado una creciente demanda que no puede ser cubierta. “Muchas farmacias tienen que colgar carteles avisando de su falta de stock”, señala un farmacéutico que prefiere mantenerse en el anonimato.

Un desafío sanitario y nuevos estudios en el horizonte

Para la doctora Ravé, el aumento en el consumo de estos medicamentos refleja una mayor conciencia sobre la obesidad como enfermedad crónica, pero también plantea nuevos retos, como garantizar un acceso equitativo y su correcto uso.

Mientras tanto, un estudio reciente publicado en Nature Medicine ha analizado los efectos inesperados de estos fármacos en más de dos millones de pacientes. Los resultados sugieren posibles beneficios en la reducción del riesgo de demencia y adicciones, aunque también se han detectado efectos adversos en el riñón y el páncreas. A pesar de estos hallazgos, los investigadores advierten que aún no se ha establecido una relación causal definitiva.

El éxito del Ozempic y sus derivados sigue en ascenso, pero su creciente popularidad plantea interrogantes sobre su accesibilidad y su impacto en la salud pública. Andalucía, como muchas otras regiones, enfrenta ahora el desafío de equilibrar la oferta y la demanda de estos fármacos esenciales.