Escándalo en los Juzgados de Sevilla: se cambia de sexo para evitar ser juzgado por violencia machista

Este caso no es aislado. José Antonio Sires representa a otros clientes que se encuentran en situaciones similares

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Acceso a los Juzgados de Sevilla.
Fachada de los Juzgados de Sevilla en el Prado de San Sebastián.

Un escandaloso caso de presunto fraude a la ley ha sacudido los cimientos de la justicia sevillana. José Antonio Sires, abogado defensor de una víctima de violencia machista, ha denunciado públicamente que su cliente, tras sufrir más de una década de maltratos físicos y psicológicos a manos de su pareja, se ha visto obligada a enfrentarse a una nueva y sorprendente estrategia por parte de su agresor: el cambio de sexo.

La relación sentimental, marcada por la violencia y el miedo, se rompió hace cinco años. A lo largo de ese tortuoso periodo, la víctima interpuso múltiples denuncias ante los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Sevilla, obteniendo varias órdenes de protección que, lamentablemente, fueron sistemáticamente incumplidas por el maltratador.

En 2019, la justicia condenó al agresor a 15 meses de prisión por quebrantamiento de condena y amenazas. Tras agotar todas las vías de recurso, el pasado 11 de septiembre de 2023, un juzgado sevillano ordenó su ingreso inmediato en prisión. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando se descubrió que el condenado había iniciado un proceso de cambio de sexo en agosto de ese mismo año, amparándose en la Ley Trans que entró en vigor unos meses antes.

Para el letrado de la víctima, esta maniobra no es más que un «fraude de ley» con el que el agresor busca eludir la justicia y las penas específicas establecidas para los delitos de violencia de género. Al cambiar de sexo, el maltratador pretende ser juzgado por un juzgado de lo penal ordinario, en lugar de uno especializado en violencia machista, con el objetivo de obtener una condena menos severa.

Este caso ha reavivado el debate sobre los límites de la ley y la necesidad de garantizar que los mecanismos legales no sean utilizados para perpetuar la impunidad de los agresores. La víctima, que ha visto cómo su vida se ha visto marcada por la violencia y la injusticia, clama por una justicia efectiva que ponga fin a esta situación y sirva como precedente para evitar que otros casos similares queden impunes.

Argumentos para el cambio de sexo

Sires argumenta que el cambio de sexo registrado por el agresor constituye un claro fraude de ley, ya que su objetivo no es otro que evadir las consecuencias penales de sus actos y ser juzgado por un tribunal ordinario en lugar de uno especializado en violencia de género. Esta maniobra, lejos de ser un acto de sinceridad o autodeterminación, es una estratagema calculada para obtener un trato más benévolo y evitar las penas específicas establecidas para los delitos de violencia machista.

La legislación española, según recuerda el letrado, exige que el ejercicio de los derechos se realice de buena fe. Sin embargo, en este caso, el agresor ha utilizado la ley de manera torticera, pervirtiendo su espíritu para obtener un beneficio inmerecido. Ante esta situación, la defensa de la víctima ha solicitado la anulación del cambio de sexo registral, alegando que se ha producido en fraude de ley y sin cumplir los requisitos legales establecidos.

La víctima, por su parte, continúa sufriendo las consecuencias de la violencia machista, a pesar de las medidas cautelares adoptadas. Las amenazas y agresiones no han cesado, incluso después del cambio de sexo del agresor. Este hecho demuestra la gravedad de la situación y la necesidad de proteger a las víctimas de manera efectiva.

El caso ha puesto de manifiesto las lagunas legales existentes y la necesidad de adaptar la legislación a las nuevas realidades. Si bien la ley trans garantiza el derecho a la autodeterminación de género, también es fundamental garantizar la protección de las víctimas de violencia machista y evitar que los agresores se aprovechen de este derecho para eludir la justicia.

Este caso no es aislado. José Antonio Sires representa a otros clientes que se encuentran en situaciones similares, como el militar Francisco, quien tras cambiar de sexo ha iniciado un litigio con el Ministerio de Defensa para poder acceder a los vestuarios femeninos. Estos casos ponen de manifiesto la complejidad de las cuestiones de género y la necesidad de abordarlas desde una perspectiva integral, que tenga en cuenta tanto los derechos de las personas trans como la protección de las víctimas de violencia.

El caso del hombre que cambió de sexo para evitar la cárcel por violencia machista es un ejemplo claro de cómo la ley puede ser manipulada. Es fundamental que las autoridades actúen con firmeza para garantizar que la justicia se imponga y que las víctimas de violencia machista reciban la protección que necesitan.