El tráfico, principal foco de ruido en Sevilla y un problema para la salud y la planificación urbana

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Sevilla tiene un problema creciente que afecta a la salud y al bienestar de sus ciudadanos como es el ruido ambiental, cuya principal fuente es el tráfico rodado. Así lo revela el último Mapa Estratégico de Ruido (MERSE), elaborado por la consultora Inerco Acústica para el Ayuntamiento, que diagnostica con precisión las zonas más afectadas por el mismo y plantea medidas urgentes para mitigar este tipo de contaminación invisible, pero dañina.

El informe, realizado en cumplimiento de la cuarta fase de la Estrategia Europea de Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental, confirma que el transporte por carretera es el principal responsable de la exposición acústica de la población sevillana. En distritos como Cerro-Amate, San Pablo–Santa Justa, Nervión o Macarena, donde la densidad de vehículos y residentes es elevada, los niveles de ruido superan de forma persistente los umbrales recomendados, especialmente en horarios nocturnos.

Cifras que preocupan en Sevilla

El MERSE estima que el 10% de los sevillanos soporta niveles superiores a 65 decibelios durante el día, mientras que por la noche, más del 25% está expuesto a más de 55 dB(A), cifras que sobrepasan los límites establecidos por la legislación y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante los picos de tráfico, hasta el 70% del área urbana se encuentra por encima del umbral de los 55 dB(A), y en un 2% del territorio los niveles llegan a superar los 75 dB(A).

Este exceso de ruido afecta no sólo a la calidad de vida, sino también a la salud pública. La OMS asocia la exposición prolongada al ruido con enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y problemas de salud mental como el estrés crónico o la ansiedad. El estudio señala también que más de 40 centros sanitarios y unos 350 centros educativos sufren valores sonoros superiores a los 60 dB(A), lo que compromete el bienestar de colectivos especialmente vulnerables.

Zonas críticas de ruido en Sevilla y planificación urbana

El diagnóstico acústico ha identificado 15 zonas de conflicto prioritarias repartidas por toda la ciudad. Entre ellas destacan puntos como la calle Estrella Canopus, afectada por la SE-20 y áreas industriales cercanas; la Ronda Urbana Norte (SE-30); avenidas del Distrito Macarena; y ejes como la Avenida de la Paz, con fuerte influencia del tráfico y de los polígonos Hytassa y Su Eminencia. Las superaciones en estas áreas pueden alcanzar entre 5 y 15 decibelios por encima de lo permitido, especialmente durante la noche.

Frente a este escenario, el Ayuntamiento planea desarrollar un ambicioso Plan de Acción contra el Ruido, que complemente las medidas ya adoptadas en materia de movilidad sostenible y control acústico. Entre ellas, figuran la ordenanza municipal contra el ruido, la creación de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) con restricciones horarias, la expansión de carriles bici, zonas de bajas emisiones y la peatonalización de más de 100 kilómetros de calles.

Aunque el tráfico viario es la fuente más dominante, el estudio también recoge la influencia de otras actividades como el transporte ferroviario, aéreo e industrial, si bien su impacto se concentra en áreas puntuales. Por ejemplo, el Puerto de Sevilla y algunos corredores ferroviarios generan focos específicos que requieren intervenciones localizadas.

En contraste con las zonas conflictivas, el MERSE identifica también espacios que pueden considerarse “zonas tranquilas”: lugares donde los niveles de ruido están notablemente por debajo de los límites legales y que poseen un valor añadido como refugios sonoros en el entorno urbano. Entre ellos destacan el Parque del Alamillo, con un millón de metros cuadrados, el Parque Infanta Elena o los Jardines del Guadalquivir.

El Mapa Estratégico de Ruido no sólo diagnostica, sino que se convierte en una herramienta esencial para diseñar políticas públicas eficaces. Su elaboración ha implicado un detallado trabajo técnico, que ha combinado datos geográficos, modelado acústico y simulaciones mediante software especializado, siguiendo la normativa europea.

Sevilla se encuentra ahora ante un reto clave: transformar este conocimiento técnico en acciones concretas que protejan la salud de sus ciudadanos y mejoren la calidad del entorno urbano. El camino hacia una ciudad más silenciosa y habitable pasa por una gestión más racional del tráfico, la promoción del transporte público, el diseño de espacios urbanos sostenibles y una mayor conciencia ciudadana sobre los efectos del ruido.

La contaminación acústica no se ve, pero se siente. Y Sevilla, según los datos del MERSE, ya no puede seguir ignorándola.