
El patinete eléctrico divide a Sevilla con su uso masivo, retirada del servicio de Voi y un 2026 lleno de multas
Sevilla cambia las reglas: así afectará el seguro obligatorio de patinetes a miles de usuarios

La Sevilla que avanza hacia 2026 ya no puede explicarse sin la presencia masiva del patinete eléctrico. Lo que comenzó como una alternativa ágil y económica para desplazarse por la ciudad se ha convertido en un fenómeno que interpela a la política municipal, presiona al sistema sanitario y anticipa un cambio normativo de enorme calado. Hoy en día, este vehículo convive entre cifras récord de movilidad y una siniestralidad que no deja de crecer.
El contraste es bastante evidente. Cada día circulan por el carril bici decenas de miles de patinetes, hasta el punto de situarse como el segundo vehículo más utilizado en esta red y no siempre respetando las normas de circulación.
Al mismo tiempo, el Hospital Universitario Virgen del Rocío atiende más de dos heridos diarios por siniestros relacionados con su uso, un registro que desde 2022 se ha estabilizado en torno a los 850 casos anuales. Desde el año 2012, más de 3.100 personas han pasado por sus Urgencias por caídas, atropellos o colisiones vinculadas a estos dispositivos, según datos del Servicio Andaluz de Salud.
La ciudad, mientras tanto, se prepara para un escenario regulatorio completamente nuevo. El Ayuntamiento de Sevilla ha pactado con la empresa Voi Technology mantener el servicio de patinetes de alquiler solo hasta el 31 de diciembre de 2025. A partir del año 2026 entrará en vigor la obligación estatal de contar con seguro de responsabilidad civil, registrar los vehículos en la DGT y afrontar sanciones más estrictas por circular sin póliza.
Una presión creciente sobre el sistema sanitario
El impacto sanitario es la cara menos visible pero más contundente del auge del patinete. El estudio realizado en el Virgen del Rocío muestra una tendencia al alza sostenida durante la última década. Tras un crecimiento progresivo, en 2021 se alcanzaron 430 ingresos por accidentes y, desde entonces, la cifra prácticamente se ha duplicado, estabilizándose en torno a los 850 heridos anuales.
Los datos sitúan al patinete como la primera causa de accidentes de movilidad que llegan a Urgencias, por delante de bicicletas, motocicletas y automóviles. La caída de siniestros en coche y la estabilización de los accidentes en bicicleta contrastan con la irrupción de este vehículo, que presenta un patrón de uso en muchos casos sin seguro, sin casco y con prácticas de riesgo todavía normalizadas.
El perfil del accidentado también está claramente dibujado. Más del 57% de los heridos son jóvenes de entre 18 y 30 años, quienes usan el patinete tanto para ocio como para desplazamientos cortos. Tras ellos se encuentra el grupo de 31 a 45 años, en su mayoría trabajadores que emplean este medio en trayectos laborales.
Además, el 54% de las personas atendidas son hombres, un patrón habitual en la siniestralidad vial.
Las lesiones más comunes incluyen fracturas en extremidades, heridas faciales y lesiones maxilofaciales, aunque también se registran casos graves como hemorragias intracraneales. Entre los peatones atropellados —especialmente personas mayores— las fracturas de cadera son frecuentes, con las consecuencias de pérdida de autonomía y rehabilitación prolongada.
Un vehículo integrado en la movilidad diaria
Mientras Urgencias sufre la presión asistencial, el carril bici revela la dimensión opuesta del fenómeno como es el éxito del patinete como forma de movilidad urbana. Un estudio de Estudio-MC contabilizó 111.125 desplazamientos diarios sobre vías ciclistas en noviembre de 2023. De ellos, en torno a 40.500 correspondían a patinetes eléctricos, consolidándose como el segundo vehículo más utilizado después de la bicicleta.
La extrapolación anual ofrece una cifra contundente como son los 25 millones de desplazamientos al año, muy por encima de los usuarios del Metro y solo por detrás de los viajeros de Tussam. Sevilla se sitúa así entre las ciudades europeas donde la micromovilidad tiene mayor implantación.
Un modelo en revisión
En este contexto, la retirada del patinete compartido de Voi en el año 2025 representa un giro significativo. Con cerca de 1.000 vehículos en circulación, el servicio ha sido un complemento clave para quienes no deseaban adquirir un patinete propio. Su salida se interpreta como una respuesta a la presión política y social generada por la siniestralidad y la ocupación del espacio público.
La nueva normativa estatal, que entra en vigor en el venidero 2026, transformará definitivamente el papel del patinete con el seguro obligatorio, registro en la DGT y control administrativo más estricto. Dejará de ser un vehículo “ligero” para integrarse en el mismo sistema regulatorio que otros medios de transporte.
Sevilla afronta así un debate ineludible. El patinete ha ampliado las opciones de movilidad sostenible, pero también ha generado un impacto sanitario y urbano que exige medidas y respuestas. Entre la convivencia y la seguridad, la ciudad se enfrenta al problema de definir cómo quiere que se muevan sus ciudadanos en los próximos años.

