El Guadalquivir, autopista de la cocaína, los narcotraficantes imponen su ley en el río sevillano

La falta de recursos y la ausencia de patrulleras en Sevilla han permitido que los clanes operen sin apenas oposición

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Narcolanchas vistas desde un dron en La Algaba (Sevilla).
Narcolanchas captadas en La Algaba (Sevilla).

El río Guadalquivir se ha convertido en una de las principales rutas para los narcotraficantes en Andalucía. Si hace unos años era una ruta utilizada ocasionalmente para el contrabando de hachís, ahora todo cambiado drásticamente: las mafias han consolidado al río como un corredor clave para la entrada de grandes cantidades de cocaína. La falta de patrulleras de la Guardia Civil en Sevilla ha facilitado la expansión de este fenómeno, dejando el cauce prácticamente sin vigilancia.

Las imágenes captadas recientemente por un dron desde el puente Rodríguez de la Borbolla, a la altura de La Algaba, han vuelto a poner de manifiesto la impunidad con la que operan estos grupos. En la grabación se pueden ver hasta siete narcolanchas surcando el río a plena luz del día, desplazándose con total tranquilidad por una ruta que, según expertos en seguridad, se ha convertido en un auténtico “pasillo seguro” para los narcotraficantes. Aunque no se ha confirmado la fecha exacta del vídeo, las autoridades no descartan que haya sido grabado en los últimos días.

Un río sin vigilancia, una autopista para el narcotráfico

La presencia de estas embarcaciones en el Guadalquivir ya no es un hecho aislado. Desde hace meses, el río ha pasado de ser una ruta secundaria a una autopista para la entrada de droga en la península. Su geografía lo convierte en un enclave estratégico para las mafias: permite el acceso directo desde la desembocadura en Sanlúcar de Barrameda hasta Sevilla y otros puntos clave del interior de Andalucía. Además, la ausencia de patrulleras en la capital andaluza les garantiza un trayecto prácticamente libre de controles, lo que reduce drásticamente los riesgos de ser interceptados.

Los clanes del narcotráfico han sabido aprovechar esta falta de vigilancia para operar con mayor impunidad. En las últimas semanas, las redes sociales se han llenado de vídeos donde se pueden ver estas lanchas rápidas recorriendo el Guadalquivir sin oposición. Aunque en muchos casos no transportan carga visible, la realidad es que estas embarcaciones suelen utilizarse tanto para el traslado de drogas como para el abastecimiento de combustible y víveres a otras operaciones en marcha.

El fenómeno no es nuevo. Hace algunas semanas, al menos cinco narcolanchas fueron vistas utilizando el Guadalquivir como refugio ante el fuerte temporal que azotaba la zona de Bonanza. Ahora, la situación se repite, dejando claro que las organizaciones criminales han integrado el río en sus rutas habituales.

La cocaína, la nueva mercancía del Guadalquivir

Hasta hace no mucho, el narcotráfico en Andalucía estaba vinculado casi exclusivamente al contrabando de hachís procedente del norte de África. Sin embargo, la dinámica ha cambiado, y el Guadalquivir está desempeñando un papel fundamental en esta transformación. La fiscal antidroga de Sevilla, Raquel de los Ríos, ha alertado de este nuevo escenario en declaraciones a la Cadena SER: «Hemos pasado de la entrada prácticamente exclusiva de toneladas de hachís a ser receptores de cocaína».

El auge de la cocaína en la región responde a un cambio de estrategia por parte de las redes criminales. Con los puertos cada vez más vigilados y el control más férreo sobre las rutas terrestres, el Guadalquivir se ha convertido en la opción ideal para transportar grandes cantidades de esta droga con un riesgo mínimo. La combinación de un cauce extenso, la proximidad a zonas clave del narcotráfico y la ausencia de vigilancia ha hecho que los clanes aprovechen esta vía con total tranquilidad.

Las autoridades reconocen que el Guadalquivir es ahora uno de los puntos más vulnerables en la lucha contra el narcotráfico. A pesar de que la Policía y la Guardia Civil han intensificado los esfuerzos para frenar esta actividad, la falta de medios sigue siendo un obstáculo importante. Sin patrulleras en Sevilla capital, los narcotraficantes tienen el control absoluto del río, convirtiéndolo en un corredor privilegiado para sus operaciones.

El uso del Guadalquivir como autopista del narcotráfico plantea un problema urgente para las autoridades. Las imágenes recientes no hacen más que confirmar una realidad preocupante: el tráfico de drogas se ha sofisticado y adaptado a las nuevas circunstancias, y el río sevillano es ahora una de las principales puertas de entrada para la cocaína en Andalucía.

La falta de recursos y la ausencia de patrulleras en Sevilla han permitido que los clanes operen sin apenas oposición. Mientras no se refuercen las medidas de vigilancia y control en esta vía fluvial, todo apunta a que la presencia de narcolanchas en el Guadalquivir seguirá siendo una estampa habitual.

El Guadalquivir, que durante siglos ha sido un símbolo del comercio y la cultura en Andalucía, se enfrenta ahora a una nueva realidad: la de ser una autopista de la droga donde los narcotraficantes imponen su propia ley.