En medio de días marcados por la conmoción y el luto tras el fallecimiento del Papa Francisco, la tranquilidad se impone entre los organizadores de uno de los actos religiosos más esperados del calendario jubilar: la gran procesión del Cristo del Cachorro de Sevilla y la Virgen de la Esperanza de Málaga por las calles de Roma. A pesar del incierto contexto vaticano y del inminente cónclave para la elección del nuevo Pontífice, «todo sigue adelante, según lo previsto».
Así lo asegura Paloma Saborido, coordinadora nacional del comité organizador del Jubileo de las Cofradías, quien ha salido de una intensa reunión con responsables del Dicasterio para la Evangelización en la que se han concretado detalles logísticos del traslado de las imágenes. “No hay ningún cambio”, reafirma, transmitiendo un mensaje de serenidad y continuidad a las hermandades y fieles que se preparan para este histórico acontecimiento.
La cita sigue en pie: el próximo 17 de mayo, las veneradas tallas del Cachorro y la Virgen de la Esperanza recorrerán Roma en una solemne procesión que pretende unir tradición andaluza y fervor universal en plena celebración del Año Jubilar. Las imágenes estarán previamente expuestas en la Basílica de San Pedro, epicentro en estos días de una incesante peregrinación de fieles que se despiden del Papa Francisco, cuyo funeral tendrá lugar este sábado 26 de abril.
Un Jubileo que resiste al luto
La fidelidad al programa original del Jubileo se ha reafirmado también con el mantenimiento del Jubileo de los Adolescentes, que arranca este viernes. Se mantienen todos los actos previstos, incluidos el Vía Lucis y las peregrinaciones a la Puerta Santa, aunque se han suspendido dos eventos simbólicamente importantes: el concierto en el Circo Máximo, previsto para el día del funeral papal, y la canonización del beato Carlo Acutis, que deberá esperar al nombramiento del nuevo Papa.
“El mejor mensaje ahora es la estabilidad”, apunta Saborido, consciente del peso que representa mantener viva la agenda en medio de la incertidumbre. Una señal de que la Iglesia continúa su curso, pese a la ausencia de quien fue su timonel durante más de una década.
La maquinaria cofrade, en marcha
Mientras tanto, las hermandades implicadas ya se encuentran en plena actividad. Desde que concluyó la Semana Santa, las cofradías del Cachorro de Sevilla y de la Esperanza de Málaga trabajan en la limpieza y embalaje de enseres, preparando con mimo y devoción cada detalle del viaje a la Ciudad Eterna.
Tampoco se han visto afectados los planes de los numerosos fieles que viajarán a Roma. Antonio Távora, delegado de turismo religioso de Viajes Triana, confirma que no ha habido cancelaciones. “Los peregrinos continúan abonando sus reservas como estaba previsto”, asegura, subrayando el entusiasmo con el que muchos viven este evento que consideran irrepetible.
A la espera de que se confirme la fecha oficial del cónclave, Roma vive un momento único en su historia reciente. Entre la despedida a un Papa que marcó época y la espera del nuevo sucesor de Pedro, la ciudad se prepara para recibir con los brazos abiertos a dos de las devociones más queridas del sur de España. La fe, una vez más, sigue su camino.
Una procesión para la historia.