El boom de los ventiladores de techo en Sevilla, la respuesta doméstica a una ola de calor sin tregua

Ante una factura eléctrica en continuo ascenso y con temperaturas insoportables incluso dentro de casa, la respuesta ha sido un regreso a lo tradicional

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Ventilador de techo en color blanco instalado en un salón.
Ventilador de techo.

Este verano, en Sevilla, no solo suben las temperaturas: también lo hace el número de ventiladores de techo instalados en los hogares. En una ciudad donde el termómetro se dispara por encima de los 42 grados día tras día, los sevillanos han encontrado en estos aparatos una alternativa más económica y sostenible al aire acondicionado. El calor extremo, que este año ha llegado antes y con más intensidad, ha convertido los ventiladores de techo en uno de los productos estrella en ferreterías, tiendas de bricolaje y plataformas de venta online.

En barrios como Triana, Nervión, Sevilla Este o Los Remedios, las comunidades de vecinos ya hablan del tema como si se tratase de una moda colectiva. “No podía dormir por la noche, y con el aire acondicionado se me secaba la garganta. El ventilador de techo ha sido la solución perfecta”, cuenta Carmen, una vecina de La Macarena que acaba de instalar uno en su dormitorio. Como ella, decenas de sevillanos han optado por este tipo de ventilación, más silenciosa, con menor consumo eléctrico y sin la sequedad que provocan otros sistemas.

Las búsquedas en internet relacionadas con “ventilador de techo silencioso” o “instalación ventilador de techo Sevilla” se han disparado en las últimas semanas. Y no es para menos: ante una factura eléctrica en continuo ascenso y con temperaturas insoportables incluso dentro de casa, la respuesta ha sido un regreso a lo tradicional. “Antes lo veíamos como algo de casas antiguas, pero ahora es tendencia otra vez”, comenta José Manuel, encargado de una tienda de electrodomésticos en el centro.

Ventiladores de techo y su instalación

Ahora bien, no todo es tan simple como atornillar el ventilador al techo y encenderlo. Para que estos dispositivos cumplan su función y lo hagan con seguridad, es fundamental tener en cuenta varios factores técnicos.

El primer aspecto a considerar es la altura del techo. La distancia mínima entre las aspas y el suelo debe ser de al menos 2,3 metros, siendo ideal llegar a 2,4 metros para evitar cualquier riesgo de accidente. En consecuencia, los techos deben superar los 2,6 metros de altura para permitir una instalación adecuada. En techos más bajos, se puede prescindir de la tija (el tubo que desciende el ventilador), aunque su efectividad se verá reducida. Para techos más altos, en cambio, esta extensión se vuelve necesaria.

También es clave el tipo de superficie sobre la que se va a instalar. Un ventilador puede pesar entre 6 y 10 kilos, por lo que no basta con una sujeción cualquiera. En techos de escayola o pladur, por ejemplo, es imprescindible anclar el aparato a un soporte sólido o reforzar la estructura con tacos especiales. En caso de duda, lo más recomendable es recurrir a un profesional que evalúe la resistencia del techo y la existencia de un punto de luz.

El diámetro del ventilador también importa: uno más grande, que gire lentamente, suele ser más eficiente que uno pequeño que necesita girar a alta velocidad para mover el aire. La elección dependerá del tamaño de la estancia y de si se busca solo ventilación o también iluminación integrada.

Por último, el mantenimiento es otra cuestión esencial para la seguridad y el buen funcionamiento del dispositivo. Tras la instalación, es conveniente realizar una prueba de encendido y revisar fijaciones y cableado. Si se escuchan ruidos inusuales o el ventilador vibra en exceso, es señal de que algo no está bien colocado. Además, es aconsejable limpiar periódicamente el polvo acumulado en las aspas y revisar la estructura al menos un par de veces al año.

Los ventiladores de techo no solo han vuelto a colocarse en el centro del confort doméstico en Sevilla: se han convertido en una respuesta racional y eficiente ante un calor que cada año golpea con más fuerza. Eso sí, como en todo, conviene instalarlos con cabeza y con la sujeción adecuada.