
El Betis paga de su bolsillo el transporte gratuito, Tussam y Renfe, de su afición en la Cartuja
Varios usuarios denunciaron que no debía usarse dinero público para beneficiar a los seguidores verdiblancos, una queja en su mayoría procedente de aficionados del Sevilla

El debut del Betis en la Cartuja, con más de 54.000 asistentes en las gradas, no solo dejó emociones en el césped. El reto logístico de evacuar a decenas de miles de personas tras el encuentro se convirtió en una de las grandes pruebas del “exilio verdiblanco” y, en su primera puesta en práctica, el dispositivo dejó un balance positivo: fluidez en la mayoría de los desplazamientos, aunque también algunos momentos de caos en accesos y paradas. La clave estuvo en la gratuidad del transporte público, una medida costeada íntegramente por el club.
El Betis firmó sendos convenios con la empresa municipal de transportes Tussam y con Renfe para garantizar la movilidad de sus seguidores durante la temporada en la Cartuja. El acuerdo contempla que el club asuma los costes de los refuerzos de autobuses y trenes en días de partido, de forma que el Ayuntamiento de Sevilla no tenga que destinar fondos públicos a este operativo.
En el estreno del viernes frente al Alavés, el club verdiblanco abonó 6.468 euros a Tussam por los 37 autobuses de refuerzo desplegados y 4.096 euros a Renfe por los dos trenes especiales hacia Santa Justa. En total, cerca de 11.000 euros (IVA aparte) para garantizar un regreso ágil y gratuito a casa a miles de béticos.
Los autobuses se distribuyeron en varias líneas clave. Ocho unidades reforzaron la línea 2 (Heliópolis-Virgen del Rocío-Polígono San Pablo-Puerta Triana), otras tantas hicieron lo propio con el C1 y el C2. Además, trece lanzaderas especiales operaron hacia Blas Infante, la Barqueta y Sevilla Este, una ruta añadida a última hora al comprobarse la gran cantidad de abonados residentes en esa zona.
Balance del primer gran operativo en La Cartuja
El plan de movilidad fue considerado un éxito por las autoridades y el propio club, aunque no estuvo exento de incidencias. Algunos aficionados protestaron por la ubicación de ciertas paradas, como la del 2, situada frente a la futura residencia universitaria y más alejada del estadio de lo esperado.
Aun así, la respuesta fue masiva: más de 6.300 socios viven cerca del recorrido del 2 y casi 6.000 en el de las circulares C1 y C2, según cifras del club.
En paralelo, los trenes especiales partieron minutos después del pitido final desde el apeadero anexo a la Cartuja. Eran convoyes dobles que lograron desplazar a unos 3.000 aficionados en apenas unos minutos. La previsión es que esta fórmula se repita en los próximos compromisos, salvo ajustes puntuales en función de la demanda.
La noticia de que el Betis sufraga el transporte trascendió a través de las propias redes sociales del Ayuntamiento y de Tussam, que salieron al paso de las críticas de algunos ciudadanos.
Varios usuarios denunciaron que no debía usarse dinero público para beneficiar a los seguidores verdiblancos, una queja en su mayoría procedente de aficionados del Sevilla. La aclaración de que los gastos corren a cargo del Betis sirvió para zanjar la polémica.
En cualquier caso, el modelo abre un precedente en la gestión de grandes eventos deportivos en Sevilla. El club asume el coste, los aficionados disfrutan de un transporte cómodo y gratuito y la ciudad se libra de una presión añadida en su red de movilidad.
No obstante, aún restan 18 partidos de Liga en la Cartuja, además de los de Copa y competiciones europeas, lo que obligará a seguir afinando el dispositivo.