El precio medio de alquiler de una vivienda de 75 metros cuadrados en Sevilla ha superado los 920 euros mensuales, según los últimos datos publicados por el portal inmobiliario Idealista. Esta cifra supone más de la mitad del salario medio neto en la ciudad, una proporción que, para muchos colectivos, pone en evidencia la inviabilidad del actual mercado de vivienda.
Aunque los datos oficiales ya resultan preocupantes, basta una búsqueda rápida en plataformas de alquiler para comprobar que encontrar un piso a un precio asequible en la capital andaluza se ha convertido en una tarea cada vez más difícil. La situación afecta especialmente a jóvenes, familias con rentas bajas y personas en situación de vulnerabilidad, que se ven desplazadas hacia zonas periféricas o directamente excluidas del acceso a un hogar digno.
Desde el Sindicato de Inquilinos de Sevilla, su portavoz, Ibán Díaz Parra, advierte que el mercado del alquiler en la ciudad “es carísimo y totalmente disfuncional”. A su juicio, “la escasa oferta de alquileres tradicionales y la fuerte competencia con los pisos turísticos están expulsando a los residentes”. Díaz Parra sostiene que las políticas públicas actuales no están ofreciendo una respuesta efectiva al problema: “Seguimos viendo una apuesta institucional por la vivienda privada, con promociones como las de Cruzcampo o el Pítamo a precios inasumibles, mientras la vivienda pública sigue sin desarrollarse”.
La turistificación de Sevilla
El impacto de la turistificación es uno de los factores que más preocupan a los colectivos sociales. Según el registro oficial de la Junta de Andalucía, en Sevilla hay actualmente más de 10.000 viviendas registradas como pisos turísticos, mientras que el último censo estima la existencia de unos 26.000 inmuebles vacíos. “Estos datos reflejan un mercado desequilibrado en el que no se están utilizando las herramientas necesarias para regular y garantizar el derecho a la vivienda”, añade el portavoz del sindicato.
Ante esta situación, decenas de colectivos han convocado una manifestación para el próximo 5 de abril en Sevilla. La protesta, que se enmarca en una serie de movilizaciones a nivel estatal, busca visibilizar las consecuencias de la especulación inmobiliaria y exigir medidas que pongan freno a la pérdida de vivienda residencial.
Entre sus reivindicaciones figuran la regulación del precio del alquiler, la penalización de la vivienda vacía y una normativa más estricta para el alquiler turístico. “No se puede permitir que la ley de la oferta y la demanda siga siendo la única fuerza que rige el acceso a algo tan básico como un techo”, señala Díaz Parra. “En una ciudad tan turística como Sevilla, es imprescindible equilibrar la oferta destinada a visitantes con las necesidades de quienes viven y trabajan aquí”.
Los organizadores de la protesta insisten en que el modelo de ciudad debe cambiar para que el turismo no siga desplazando a los residentes. “El mercado del alquiler libre no está funcionando —concluyen—, y hay que intervenir ya, antes de que vivir en Sevilla se convierta en un privilegio al alcance de unos pocos”.