La laguna de Santa Olalla, la más grande que se puede encontrar en Doñana, se ha vuelto a secar por segundo año consecutivo. Esto cumple con las previsiones que la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y es motivo de preocupación de los científicos.
La Infraestructura Científica y Técnica Singular-Reserva Biológica de Doñana (ICTS-RBD) hace un constante seguimiento de la laguna y constata la completa desecación de la misma, una situación que es muy grave y habla de la fragilidad del sistema lagunar de Doñana con el riesgo para la biodiversidad del mismo.
Desecación de la laguna
La desecación muestra el evidente deterioro del sistema de lagunas y que da origen a la ausencia de refugios acuáticos estivales donde la fauna y flora puedan cobijarse. En 2023, además, se produce con semanas de antelación con respecto al mismo periodo en 2022.
Todo ello es consecuencia del ciclo hidrológico 2021-22 ha tenido los niveles de precipitación más bajos de la última década (283 mm), y en 2023 no ha mejorado en exceso (337 mm hasta agosto). Ambos años están marcando temperaturas muy altas, máximas, y la mayor temperatura media anual (18,53°C) registradas, lo cual también implica una mayor evaporación.
Causas de la desecación
Otra de las causas que afectan a este nuevo desecado de Santa Olalla es la sobreexplotación del acuífero que alimenta todo el sistema lagunar. El 80% de las otras lagunas se secaron antes de los previsto y el 84% se inundó en menor medida lo cual indica que la actividad humana ha influido en el equilibrio natural de las lagunas, lo ha alterado, y todo ello agrava este problema.
El 19% de las lagunas tiene más de la mitad de su cubeta invadida por el matorral y pinos que es sinónimo del progresivo deterioro y de “inminente desaparición” en la zona noroeste del parque nacional así como en las lagunas más próximas a Matalascañas. Sólo un 10%, en la vera, están en relativo buen estado.
Medidas urgentes
Para paliar este problema es “urgente” de la cantidad total de agua que se extrae del acuífero cese y se frene la degradación del espacio natural así como realizar una investigación de la disponibilidad de agua para definir las cantidades máximas de extracción permitidas.
Igualmente el restablecimiento de la gobernanza de la gestión del agua así como la ordenación del territorio en la comarca de Doñana y que se enmarquen en la legalidad vigente; otro extremo es la protección del sector agrícola que actúa ilegalmente.
Son los problemas que afectan a un espacio como Doñana y el problema del agua que comienza a ser acuciante con el riesgo que entraña para la flora y fauna local.
