La Policía Nacional ha detenido en Coria del Río (Sevilla) a una mujer acusada de secuestrar a un hombre con el que había mantenido una cita, reteniéndolo en su domicilio y obligándolo a mantener relaciones sexuales antes de permitirle marcharse. El caso, bautizado por los agentes como «Operación Escape Room», ha revelado un patrón de acoso y coacciones que la mujer habría repetido previamente con otras víctimas, todas ellas hombres a los que conoció a través de las redes sociales.
Según la investigación, los hechos comenzaron después de una cita entre la detenida y la víctima. Durante el encuentro, la mujer retuvo al hombre en su casa, exigiéndole mantener relaciones sexuales como condición para dejarle salir. Tras lograr abandonar la vivienda, el hombre decidió no volver a verla, pero esta negativa no detuvo a la presunta agresora.
En los días posteriores, la mujer comenzó a presentarse de forma inesperada en el domicilio de la víctima. También lo bombardeó con mensajes y llamadas telefónicas, llegando a acumular hasta 77 intentos de contacto en pocas horas. A medida que el hombre intentaba distanciarse, el acoso se intensificaba, adoptando un carácter cada vez más intimidatorio.
Coacciones y amenazas para mantener control sobre la víctima
De acuerdo con el relato del denunciante, las tácticas de la mujer pasaron de un acoso persistente a amenazas directas. En una estrategia de manipulación psicológica, ella le advirtió que lo denunciaría por violencia de género si no accedía a mantener nuevos encuentros. Estas insinuaciones y coacciones llevaron al hombre a aceptar de manera forzada continuar viéndose con ella, llegando incluso a sostener nuevas relaciones sexuales bajo presión.
La situación generó un ambiente de miedo y estrés constante en la vida de la víctima, que finalmente decidió recopilar pruebas del acoso para presentar una denuncia formal. Entre las evidencias aportadas a la Policía Nacional figuran mensajes, registros de llamadas y testimonios de los encuentros forzados, que sustentaron la gravedad del caso.
Tras recibir la denuncia, la Policía Nacional inició una investigación que permitió verificar el relato del denunciante y confirmar que la mujer ya había actuado de manera similar con otros hombres, empleando el mismo modus operandi. En todos los casos, establecía contacto a través de redes sociales, lograba concertar una cita y, posteriormente, iniciaba un patrón de acoso y coacciones que se extendía durante semanas o meses.
La detenida fue arrestada en los últimos días y puesta a disposición judicial. Aunque el juez ordenó su libertad provisional, le impuso medidas cautelares, como la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima o comunicarse con él por cualquier medio.
Un caso con posibles implicaciones mayores
Fuentes policiales han señalado que este caso podría ser solo la punta del iceberg, dado que otras posibles víctimas podrían no haber presentado denuncias por temor o vergüenza. La investigación sigue abierta, y los agentes no descartan que más hombres puedan decidir testificar ahora que el caso ha salido a la luz.
Por el momento, la víctima principal ha solicitado medidas de protección adicionales, aludiendo al impacto psicológico y emocional que la experiencia le ha generado. Mientras tanto, la Policía Nacional ha reiterado la importancia de denunciar cualquier tipo de coacción, acoso o agresión sexual, sin importar el género de las partes involucradas.
Este caso, que ha causado conmoción en la localidad sevillana de Coria del Río, subraya la necesidad de abordar el acoso y las agresiones sexuales como problemas que pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su sexo. Además, pone en evidencia el creciente uso de las redes sociales como herramienta para establecer contactos que, en ocasiones, derivan en comportamientos delictivos.