Canales y ánforas en el barro del puerto de Híspalis romana.
Puerto de Híspalis romana.

Descubren en Sevilla un embarcadero romano perfectamente conservado bajo las antiguas naves militares de Artillería

El pasado oculto bajo Sevilla, descubren un embarcadero y canales romanos del siglo I d.C. en el residencial Artillería

 

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Bajo el actual Residencial Artillería, promovido por el Grupo ABU en el corazón de Sevilla, ha salido a la luz un hallazgo arqueológico que reescribe parte de la historia urbana de la ciudad.

Los trabajos previos a la construcción del complejo, ubicado entre las calles José María Moreno Galván, Jiménez Aranda y el puente de San Bernardo, han desvelado una infraestructura hidráulica de época romana que data del siglo I d.C..

Se trata de un embarcadero y un sistema de canales navegables que formaban parte del puerto de Híspalis, una de las ciudades más prósperas de la Bética romana.

El equipo de arqueología dirigido por Florentino Pozo y Rosa Gil ha documentado un yacimiento de gran complejidad estratigráfica. Los niveles más superficiales, de unos seis metros de espesor, corresponden a rellenos industriales modernos, formados por cenizas, escoria y desechos metálicos procedentes de la antigua fábrica de artillería de los siglos XVI y XVII.

Bajo esta capa, los expertos encontraron un nivel de limos de inundación de unos 70 centímetros, testimonio de un evento que anegó la zona y preservó las estructuras romanas durante casi dos milenios.

Al excavar más profundamente, apareció el tesoro arqueológico: canales, un embarcadero y restos constructivos perfectamente conservados que confirman la intensa actividad portuaria de la antigua Híspalis.

Los investigadores destacan que este enclave, conocido históricamente como Monterrey, era un área pantanosa en la periferia de la ciudad amurallada, próxima al arroyo Tagarete, que desempeñaba un papel clave en el drenaje natural del terreno.

El puerto de Híspalis, ingeniería y comercio en la Roma imperial

Los hallazgos permiten reconstruir la imagen de una infraestructura portuaria romana avanzada, diseñada para gestionar el comercio marítimo que conectaba el Guadalquivir con el Mediterráneo y Roma.

El canal principal, de casi cinco metros de ancho y tres de calado, se unía a otros secundarios que facilitaban el transporte de mercancías como aceite, vino, salazones y garum, productos emblemáticos de la Bética romana.

En uno de los márgenes del canal se ha localizado un pantalán de madera, sostenido por postes que servían para el atraque de embarcaciones menores, las llamadas scaphas. Lo más sorprendente, según los arqueólogos, fue el uso de ánforas rotas procedentes de la bahía de Cádiz como material estructural.

Estas piezas, originalmente empleadas para transportar salazones y vino, fueron reutilizadas para reforzar el embarcadero, en un ejemplo de ingeniería práctica y sostenible que aún se mantiene visible.

“El nivel de conservación es tan bueno que algunas ánforas parecen colocadas hace apenas unos días”, señalan Pozo y Gil.

La Historia romana de Sevilla

La historia de este puerto romano fue breve pero intensa. A mediados del siglo I d.C., una serie de inundaciones —quizás una de ellas sobre todo violenta— cubrió los canales con capas de cieno, dejándolos inservibles.

Tras el desastre, los romanos cegaron los canales y nivelaron el terreno para crear un cementerio, aunque también este uso fue efímero, pues nuevas crecidas sepultaron las tumbas bajo el barro.

Siglos después, los restos de la infraestructura romana sufrieron un intenso expolio. Durante los siglos XVI y XVII, los materiales de construcción —piedras, ladrillos y basamentos— fueron extraídos para reutilizarse en nuevas edificaciones, ante la falta de canteras en la zona.

De esta forma desaparecieron parte de los acueductos, piletas y muros originales. “En aquella época no existía el concepto de patrimonio; lo antiguo era simplemente material útil”, explica el equipo de excavación.

El descubrimiento del embarcadero romano en el residencial Artillería confirma la importancia portuaria de Sevilla desde tiempos antiguos y su conexión directa con Roma a través del Guadalquivir.

La estructura revela una ciudad dinámica, integrada en las redes comerciales del imperio y dotada de una ingeniería avanzada para dominar un entorno naturalmente inundable.

La excavación, ahora concluida, servirá para documentar y preservar estos vestigios antes del inicio de las obras, consolidando a Híspalis como uno de los grandes referentes del urbanismo romano en el sur de Hispania.