Este año, la Feria de Abril de Sevilla regresa a su formato tradicional: de lunes a domingo. El cambio, aprobado tras una consulta ciudadana impulsada por el Ayuntamiento, responde a la necesidad de aliviar la masificación vivida en ediciones anteriores, especialmente cuando la Feria coincidía con el fin de semana. La decisión ha sido recibida con opiniones divididas, ya que si bien descongestiona el Real y sus alrededores, también dificulta la visita de muchos sevillanos que residen fuera de la ciudad.
A pesar del ajuste en el calendario, el espíritu de la Feria permanece intacto: alegría, trajes de flamenca, farolillos, sevillanas, caballos, y por supuesto, el rebujito. Desde SevillaConfidencial hemos recopilado una serie de consejos imprescindibles para quienes visitan por primera vez o quieren vivir la experiencia de forma más intensa.
Casetas públicas
Una de las creencias más extendidas sobre la Feria de Abril es que todas las casetas son privadas. No es así pero casi. Aunque muchas pertenecen a familias, grupos de amigos o entidades privadas, también hay un importante número de casetas públicas, como las de los distritos o asociaciones como El Garbanzo Negro. Además, la Caseta del Turista, en Pascual Márquez, 225, es una excelente opción para los visitantes.
Lo esencial: abanico, plano y dinero en efectivo
El mes de mayo en Sevilla suele superar los 30 grados, por lo que un abanico puede ser tan vital como cómodo. El efectivo también es clave, ya que muchas casetas aún no aceptan tarjeta o lo hacen con condiciones mínimas. Además, si quieres montar en atracciones en la conocida Calle del Infierno, el pago con tarjeta no es una opción.
El Real cuenta con quince calles llenas de casetas, ordenadas con nombres de toreros. Llevar el plano de la feria en el móvil —incluso como fondo de pantalla— te ayudará a orientarte fácilmente y a ahorrar batería, especialmente si te quedas sin cobertura, algo común durante las horas de máxima afluencia.
Consejos logísticos: taxis, baños y transporte público
No dejes para última hora ni buscar un taxi ni ir al baño. Las colas son largas, y vestirse o desvestirse con el traje de flamenca puede llevar tiempo. Por otro lado, el transporte público sigue siendo la opción más cómoda y sostenible para llegar al Real. Incluso es posible hacerlo en barco por el Guadalquivir o en bicicleta, toda una experiencia con sabor local.
Cuidado con el rebujito
Aunque refrescante, el rebujito —mezcla de manzanilla con gaseosa— no deja de ser una bebida alcohólica. Al servirse en pequeños vasos, es fácil perder la cuenta de lo que se bebe, especialmente bajo el sol. Lo ideal es combinarlo con buena gastronomía: pescaíto frito, montaditos, jamón o buñuelos para terminar la noche.
Baila, aunque no sepas
El baile es parte fundamental del ambiente. Aunque no sepas bailar sevillanas, eso no será un impedimento para unirte al ritmo del Real. Aquí nadie juzga, y el ambiente es tan acogedor que basta con dejarse llevar.
El inicio y el final: del Alumbrao a los fuegos artificiales
La feria comienza con el tradicional Alumbrao, cuando más de 200.000 luces LED iluminan la portada y el recinto ferial tras la cena del pescaíto. El broche de oro llega con los fuegos artificiales la noche del domingo, visibles desde lugares estratégicos como el Muelle de las Delicias o el Puente de Triana.
La Calle del Infierno: adrenalina y luces
No puede faltar una visita a la Calle del Infierno, el parque de atracciones de la Feria. Ruido, luces y diversión para niños y adultos. Además, pensando en la inclusión, el Ayuntamiento ha programado jornadas “sin ruido” para que todos puedan disfrutar de la experiencia, especialmente las personas autistas.
La Feria de Abril no es solo una fiesta; es una vivencia. Con su mezcla de tradición, hospitalidad y diversión, Sevilla abre sus puertas a propios y turistas para vivir una semana inolvidable. Ya vengas con traje de flamenca o en ropa elegante, aquí siempre serás bienvenido.