Cierre de la cárcel de mujeres de Alcalá, un adiós polémico entre críticas y temores

La decisión de clausurar la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra pone sobre la mesa un debate más amplio sobre el modelo penitenciario y la atención a las mujeres reclusas

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Prisión de mujeres de Alcalá.
Cárcel de mujeres en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira.

La decisión de clausurar la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, anunciada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 30 de abril, ha generado un profundo rechazo entre quienes han formado parte de su historia.

Una trayectoria que es pionera pues fue inaugurada en 1988, la cárcel se convirtió en un referente nacional e internacional por su enfoque innovador en la atención a las mujeres reclusas. Implementación de programas de tratamiento específicos de género, considerados un valor añadido para la reinserción social. Reconocimiento por su modelo de trabajo, que incluía medidas para reducir la tensión y el estrés individual, así como la remodelación de instalaciones para humanizar el ambiente.

Un retroceso en derechos y deberes

La exdirectora del centro, Maribel Cabello, lamenta que el cierre suponga «un retroceso en derechos y deberes» para las mujeres encarceladas. Critica la falta de transparencia en el proceso de toma de decisiones, calificándola de «intrigas, secretismo y rumores» que han generado incertidumbre y desconcierto entre las internas y el personal. Destaca que la población penitenciaria femenina representa alrededor del 8% del total, lo que hace aún más cuestionable la necesidad de eliminar una de las dos únicas cárceles para mujeres en España.

Un futuro incierto

El cierre de la cárcel deja a las internas en una situación de incertidumbre sobre su futuro. Se teme que las trasladen a centros penitenciarios masculinos, lo que podría generar problemas de adaptación y seguridad. Las familias de las reclusas también se ven afectadas, ya que tendrán que recorrer mayores distancias para visitarlas.

Más allá del cierre

La decisión de clausurar la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra pone sobre la mesa un debate más amplio sobre el modelo penitenciario y la atención a las mujeres reclusas.
Se cuestiona si el cierre es la mejor solución para reducir la reincidencia y promover la reinserción social. Se reclama mayor transparencia en la toma de decisiones y una participación activa de las internas y el personal en el diseño de las políticas penitenciarias.

El cierre de la cárcel de Alcalá deja un vacío en el sistema penitenciario español, y su impacto aún está por verse. Es necesario un análisis profundo de las consecuencias de esta decisión y un debate abierto sobre el futuro de las mujeres encarceladas.

Cierre de la cárcel de mujeres de Alcalá: voces críticas denuncian un «retroceso»

La decisión de clausurar la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra sigue generando controversia. Exdirectoras, ex-internas y personal del centro han alzado la voz para criticar lo que consideran un «retroceso» en la atención a las mujeres reclusas.

Argumentos cuestionables: La exdirectora Maribel Cabello rechaza los motivos oficiales del cierre, alegando que «no se sostienen» y son fácilmente rebatidos. Defiende la labor del centro, destacando su enfoque innovador y los logros alcanzados en la reinserción de las internas. Agradece el trabajo del personal y lamenta el impacto que el cierre tendrá en las mujeres encarceladas.

Preocupaciones por el futuro de las internas: La maestra Belén Agredano teme que el traslado a la cárcel mixta de Sevilla 1 aumente la vulnerabilidad de las internas. Advierte que muchas de ellas se verán presionadas por sus parejas para no participar en actividades educativas o de reinserción. Critica la gestión de la nueva dirección y la falta de diálogo con las internas y el personal.

Una ex-interna denuncia la falta de transparencia

Eva Corrales, exconcejala condenada por falsedad en documento oficial, lamenta la falta de participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones. Critica que un gobierno «progresista» tome una medida que perjudica a las mujeres reclusas. Destaca las características positivas de la cárcel de Alcalá, como su tamaño reducido, las zonas verdes y la guardería.

Una interna, que prefiere mantener el anonimato, expresa su temor a volver a una cárcel mixta. Valora la experiencia de estar en un centro solo para mujeres, donde ha podido realizar actividades de introspección y reinserción. Pide que se reconsidere la decisión de cierre o que se permita el traslado a Madrid I, la única otra cárcel para mujeres en España.

El cierre de la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra ha generado un profundo rechazo entre quienes han formado parte de su historia. Las voces críticas denuncian un «retroceso» en la atención a las mujeres reclusas y temen que el traslado a una cárcel mixta tenga un impacto negativo en su bienestar y en sus posibilidades de reinserción social.