Galleta de naranja y chocolate junto con el signo de alerta alimentaria.
Alerta alimentario en las galletas de naranja.

Alerta en Andalucía por galletas Fontaneda contaminadas con partículas metálicas

Se aconseja conservar el ticket de compra, si bien los supermercados suelen aceptar la devolución incluso sin él cuando existe una alerta sanitaria oficial

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El sector alimentario se enfrenta a una nueva alerta sanitaria ya que la compañía Mondelēz International ha comunicado la detección de posibles partículas metálicas en un lote concreto de galletas Fontaneda Pims Naranja 150 gramos, distribuidas en siete comunidades autónomas, entre ellas Andalucía, Cataluña y País Vasco.

La medida preventiva ha sido coordinada con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que hizo un llamamiento a retirar los productos de los establecimientos y a advertir a los consumidores sobre el riesgo potencial.

El lote bajo investigación corresponde a las Pims sabor naranja, formato de 150 gramos, con número OHT1153212, fecha de consumo preferente 30 de abril de 2026 y código de barras 7622201639815.

Según los datos de distribución, las galletas se habían comercializado en comunidades como Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Cantabria, Comunidad Valenciana y País Vasco, aunque no se descarta que hayan llegado a otras regiones a través de la redistribución entre plataformas logísticas.

La Aesan ha sido categórica al respecto indicando que los consumidores que dispongan de este lote en sus hogares no deben consumirlo bajo ningún concepto. Aunque no se han registrado incidentes ni daños por ingesta, las partículas metálicas pueden suponer un riesgo físico para la salud, desde lesiones bucales hasta complicaciones digestivas.

Cómo actúan las autoridades sanitarias en caso de contaminación alimentaria

Ante una alerta de este tipo, se activa el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (Sciri), que conecta a todas las comunidades autónomas con la administración central. Su objetivo es verificar la retirada efectiva y total del producto y garantizar que no permanezcan unidades disponibles en puntos de venta.

Fuentes del sector explican que la aparición de partículas metálicas suele estar vinculada a fallos en la maquinaria de procesado o deficiencias puntuales en los sistemas que tiene el control de calidad. Los protocolos obligan a las empresas a comunicarlo de forma inmediata y a cooperar en la retirada del mercado.

La compañía Mondelēz, propietaria de la marca Fontaneda, aseguró haber activado sus protocolos internos colaborando estrechamente con las autoridades. La firma insiste en que se trata de un incidente aislado y subraya su compromiso con la seguridad de los consumidores.

Qué deben hacer los consumidores

Quienes hayan adquirido Fontaneda Pims Naranja deben comprobar los datos del envase y confirmar si pertenecen a este lote afectado. En caso afirmativo, la recomendación es clara y deben abstenerse de consumir el producto y proceder a su devolución en el establecimiento de compra.

Aunque la empresa no ha especificado todavía el mecanismo formal de retorno, lo habitual en estos casos es que el consumidor reciba un reembolso o un cambio por otro producto. Se aconseja conservar el ticket de compra, si bien los supermercados suelen aceptar la devolución incluso sin él cuando existe una alerta sanitaria oficial.

Además, tanto la Aesan como la empresa mantienen habilitados canales de información para resolver dudas de los clientes y ofrecer detalles actualizados sobre el alcance de la alerta.

Este episodio pone de manifiesto la importancia de los sistemas de seguridad alimentaria y de la transparencia en la comunicación de incidencias. España tiene protocolos considerados de los más estrictos en Europa, diseñados para minimizar riesgos y ofrecer confianza al consumidor.

Expertos en seguridad alimentaria recuerdan que la detección de cuerpos extraños en productos procesados suele ocurrir durante los controles rutinarios de calidad que realizan las propias compañías. La activación del Sciri confirma el buen funcionamiento del sistema de vigilancia, que permite una reacción rápida y coordinada para evitar mayores consecuencias.

Mientras se completan las labores de retirada, las autoridades insisten en la prudencia de los consumidores y en la importancia de verificar los lotes adquiridos. La seguridad alimentaria depende en gran parte de la colaboración entre empresas, administración y de los ciudadanos, que deben actuar de forma conjunta para proteger la salud pública.