Tartessos, una ciudad legendaria envuelta en un halo de misterio, ha cautivado la imaginación de historiadores, arqueólogos y aventureros durante siglos. Mencionada por primera vez por el historiador griego Éforo de Cime, quien la describió como una urbe próspera y rica en oro, cobre y estaño, Tartessos ha sido comparada con la mítica Atlántida de Platón.
El arqueólogo, historiador y filólogo alemán Adolf Schulten dedicó gran parte de su vida a la búsqueda de Tartessos. Sus investigaciones, basadas en las descripciones de Éforo de Cime, lo llevaron a ubicar la ciudad en el suroeste de la Península Ibérica, entre el Bronce Tardío y la Primera Edad del Hierro. Las excavaciones realizadas en diferentes yacimientos, como el Cerro de Doña Blanca en Huelva, han permitido descubrir importantes vestigios de una civilización avanzada, con una rica cultura y un próspero comercio.
El misterio del ocaso
A pesar de los avances arqueológicos, el destino de Tartessos sigue siendo un enigma. Las causas de su declive a finales del siglo VI a.C. aún se desconocen, y las teorías abarcan desde factores políticos y climáticos hasta la posibilidad de un tsunami.
La influencia de Tartessos se extendió por toda la Península Ibérica y el Mediterráneo, dejando una huella imborrable en la cultura y la historia de la región. Sus misterios aún sin resolver continúan inspirando investigaciones y atrayendo a aquellos que buscan desentrañar los secretos de una civilización perdida.
En los últimos años, han surgido nuevas hipótesis sobre la ubicación y el destino de Tartessos. Una de ellas, publicada por National Geographic, sugiere que la ciudad podría estar ubicada en la isla de La Algaida, en la desembocadura del Guadalquivir. Esta teoría, basada en estudios geofísicos y análisis de sedimentos, ha abierto nuevas líneas de investigación que podrían arrojar luz sobre el enigma de Tartessos.
La búsqueda de Tartessos nos invita a realizar un viaje fascinante al pasado, a una época de esplendor y misterio. Es un recordatorio de las civilizaciones que nos precedieron y de la riqueza cultural que aún se esconde bajo nuestros pies. La ciudad perdida de Tartessos sigue esperando a ser descubierta, y sus secretos podrían cambiar nuestra comprensión de la historia antigua.
Tartessos: Inundaciones, no guerras ni crisis, habrían acabado con la legendaria ciudad
Descubrimientos recientes en yacimientos como Cancho Roano y Casas del Turuñuelo en Badajoz apuntan a que la población tartesia se desplazó hacia el norte, al valle medio del Guadiana. Allí experimentaron un notable crecimiento económico y cultural. Sin embargo, el enigma de su desaparición entre los siglos V y IV a.C. sigue sin resolverse, pues no se han encontrado restos físicos de su final.
Una nueva teoría surge para explicar su desaparición
La arqueóloga e investigadora Esther Rodríguez González de la Universidad Autónoma de Madrid, en su libro «El final de Tarteso. Arqueología Protohistórica del Valle Medio del Guadiana», propone una nueva teoría que podría dar fin al misterio de la desaparición de Tartessos.
Según Rodríguez, el declive de Tartessos no se debió a una crisis interna ni a conflictos bélicos, sino a inundaciones periódicas del río Guadiana que convirtieron sus tierras en improductivas.
La investigadora explica que este fenómeno natural obligó a los tartesios a abandonar sus ciudades y trasladarse a nuevas zonas en busca de tierras fértiles. Las ceremonias y rituales de clausura encontrados en los yacimientos sugieren que su marcha fue planificada y no un escape precipitado por una guerra o crisis.
Un misterio sin resolver: ¿Dónde está el oro?
Si bien la teoría de Rodríguez aclara las causas del éxodo tartesio, el destino de las riquezas y el oro que poseían sigue siendo un misterio.
La teoría de Esther Rodríguez González abre un nuevo capítulo en la investigación sobre Tartessos y ofrece una posible explicación a su desaparición. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir sobre esta fascinante civilización y el destino de sus tesoros.
