Sevilla esconde los tesoros ocultos de la etapa visigoda, aunque a menudo eclipsados por los magníficos monumentos árabes o del gótico, los vestigios de la era visigoda son una ventana fascinante a un pasado olvidado.
Uno de los tesoros más destacados es la fuente del Patio de los Naranjos. Situada en el corazón de la antigua Mezquita, hoy Catedral de Sevilla, la taza de esta fuente es un remanente de una antigua iglesia visigoda antes de la conquista islámica. Cuentan que fue construida en el siglo VI, la iglesia fue transformada en una mezquita después de la llegada de los árabes y se habría trasladado a este punto siendo la fuente del Patio de los Naranjo, la misma que ha resistido el paso del tiempo, y su diseño visigodo es evidente en sus detalles arquitectónicos.
La fuente, hecha de mármol blanco y está someramente adornada con intrincados patrones geométricos. Así esta sería la pila más antigua que las de la Buhaira, y casi contemporánea de los mosaicos de fuentes romanas.
Cuentan que en el año 1100 hubo una pila de las abluciones y tras la reconquista y cuando por su estado era muy precario hubo que derribar la Mezquita Mayor, así la pila fue sustituida por una fuente de mármol donde se podía leer: “Regia post mauros devictos celsas majestas Hec mihi collapso númera fecit atque”.
La pila databa del siglo XV y la actual no es aquella sino la que la reemplazó sin embargo se habría colocado sobre la artesa o pilón la pila visigótica que pudo pertenecer a la basílica que hubo en este lugar en la época de los godos.
Bajo la Giralda
Otro tesoro arqueológico de la Sevilla visigoda se encuentra en los bajos de la Giralda, la icónica torre campanario de la catedral. Durante una excavación arqueológica se descubrieron varias lápidas romanas (para algunos también habría restos de aras visigodas) que datan del II al siglo VII. Estas lápidas, talladas en piedra, son inscripciones funerarias.
Las lápidas romanas no es lo único que se puede ver en la parte inferior de la Giralda, un poco más arriba podemos ver una especie de moldura mármol con forma de ventanal. Allí hay una placa con un texto en latín redactado por el canónigo Francisco Pacheco, José Gestoso realizó una traducción de la misma que, hoy, es ilegible.
CONSAGRADO A LA ETERNIDAD
A LA SANTÍSIMA VIRGEN MADRE SALVADORA
A LOS SANTOS PRELADOS ISIDORO Y LEANDRO
A HERMENEGILDO PRÍNCIPE PIADOSO Y FELIZ
A LAS VÍRGENES JUSTA Y RUFINA
DE CASTIDAD INVIOLADA POR SU VARONIL ENTEREZA
A LOS SANTOS TUTELARES
ESTA TORRE DE CONSTRUCCIÓN AFRICANA
Y DE ADMIRABLE GRANDEZA
LA CUAL MIDIÓ EN OTRO TIEMPO TAN SOLO 250 PIES,
PERO PARA QUE LUCIESE MAS AUGUSTA
Y ESPLENDOROSA
FUE ELEVADA OTROS 100 PIES
CON GRANDIOSO TRABAJO Y COSTOSO PRECIO
POR ACUERDO DE LOS PADRES DEL CABILDO DE LA IGLESIA
SEVILLANA
ALENTADO POR EL PIADOSÍSIMO PRELADO
DON FERNANDO VALDÉS
Y PARA CONTEMPLAR SU ORNATO
COMO REMATE, LA ESTATUA GIRATORIA COLOSAL DE LA FE
PARA MOSTRAR CON ORGULLO A LOS TIEMPOS VENIDEROS
LA VICTORIA CONTRA LOS ENEMIGOS DE LA IGLESIA ROMANA
MANDO PONER.
SE CONCLUYO PERFECTAMENTE ESTA OBRA
EN EL AÑO DE NUESTRA SALVACIÓN
1568 SIENDO PÍO V EL PONTÍFICE OPTIMO MÁXIMO
Y FELIPE II EMPERADOR CATÓLICO, PIADOSO, FELIZ, VICTORIOSO.
LOS PADRES DE LA PATRIA ENCARGADOS DEL GOBIERNO
DE LAS COSAS PÚBLICAS
DEDICARON ESTA LÁPIDA.
Las lápidas presentan diseños geométricos y algunas de ellas muestran inscripciones en latín.
Santa Catalina
Otros lugares interesantes de esta época son la iglesia de Santa Catalina cuyo origen se remonta a la conquista cristiana y está situada en el mismo lugar que existió un templo romano, sobre el cual se levantó una iglesia visigoda y posteriormente una mezquita. Es de estilo gótico-mudéjar, aunque modificada a lo largo de los siglos XVII y XVIII.
La iglesia Parroquial de la Santa Cruz fue construida entre 1776 y 1836 sobre los restos del anterior edificio derruido en 1755 por el terremoto de Lisboa, tiene elementos decorativos y de construcción muy anteriores que se remontan a época visigoda y a la invasión árabe.
La presencia de estos restos arqueológicos visigodos en la Sevilla actual es un recordatorio tangible de la larga y compleja historia de la ciudad. Mientras que la arquitectura islámica domina el paisaje urbano, estos tesoros ocultos nos permiten explorar las raíces cristianas anteriores y comprender la evolución histórica de Sevilla.
Sin embargo, a pesar de su importancia histórica, los restos visigodos a menudo han sido pasados por alto y subestimados. Durante mucho tiempo, los restos visigodos han sido subestimados y pasados por alto en comparación con otros períodos históricos en Sevilla.
La atención se ha centrado principalmente en la época islámica y en la magnificencia de los monumentos árabes. Sin embargo, en los últimos años ha habido un renovado interés por parte de los arqueólogos y expertos en historia que reconocen el valor de estas reliquias visigodas.
La investigación y la excavación arqueológica continúan revelando nuevos descubrimientos y ampliando nuestro conocimiento sobre la Sevilla visigoda. A medida que se realizan más excavaciones en la ciudad, es posible que se descubran más tesoros ocultos que arrojen luz sobre este período fascinante.
Es importante destacar que el estudio de la Sevilla visigoda no solo nos permite comprender mejor la historia de la ciudad, sino también su conexión con el resto de la Península Ibérica y Europa. Durante el dominio visigodo, Sevilla fue una de las ciudades más importantes del reino, y su influencia se extendió a lo largo y ancho de la región.
La conservación y protección de los restos arqueológicos visigodos también plantean problemas y responsabilidades. Es esencial tomar medidas adecuadas para preservar estos tesoros y garantizar su accesibilidad para las futuras generaciones. Los esfuerzos de restauración y la creación de espacios dedicados a la exhibición de estos hallazgos podrían ayudar a darles la importancia y el reconocimiento que se merecen.