En el centro de Sevilla, en la transitada calle José Gestoso, se esconde un pequeño tesoro histórico que pasa desapercibido a la mayoría. Si prestas atención al suelo, bajo tus pies, encontrarás una discreta baldosa que marca un hito fundamental en la historia de la ciudad: «Antigua Calle de la Venera. Kilómetro 0».
Esta inscripción nos transporta a un pasado lejano, cuando la calle era conocida como «de la Venera». Desde 1384 hasta 1918, una concha de piedra adornada con un azulejo que proclamaba «Centro Geográfico de Sevilla» presidía la fachada de una casa en el número dos. Esta venera, símbolo de peregrinación y punto de referencia, otorgó a la calle su nombre y un carácter especial.
Aunque el verdadero Kilómetro Cero de España se encuentra en la Puerta del Sol de Madrid, siendo el origen de las carreteras radiales del país, la concha de la Venera en Sevilla representa un concepto similar. Desde este punto, como si de los radios de una rueda se tratara, se irradiaron y numeraron todas las vías de la ciudad. La Venera se convirtió así en el epicentro a partir del cual se organizó el tejido urbano sevillano, sirviendo como punto de partida para establecer direcciones y distancias.
Punto de referencia
Este punto de referencia, que ha servido para ordenar y numerar las calles de la ciudad, tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando Sevilla emprendió un ambicioso proyecto de renovación urbana.
Hasta mediados del siglo XIX, las calles sevillanas llevaban nombres vinculados a los gremios que en ellas desarrollaban su actividad. Sin embargo, en 1845, el cabildo municipal decidió modernizar la nomenclatura urbana, rebautizando las vías con nombres de reyes y personajes ilustres. Fue en este contexto que surgió la necesidad de establecer un punto de partida para la numeración de las calles, y la elección recayó en un lugar emblemático: la calle de la Venera.
La calle de la Venera, que se extendía hasta la Plaza de la Encarnación, era una de las más transitadas de la ciudad, gracias a su intensa actividad comercial. La presencia de una venera, una concha de peregrino, en una de las fachadas de la calle, la convirtió en un punto de referencia natural para los sevillanos. Por esta razón, se decidió tomarla como el Kilómetro Cero a partir del cual se numerarían todas las vías urbanas.
Con el paso del tiempo, la calle de la Venera fue rebautizada en honor a José Gestoso, un ilustre arqueólogo e historiador sevillano nacido en el número 5 de esta misma calle. Sin embargo, Gestoso no fue el único personaje célebre ligado a este lugar, ya que en el número 13 nació el poeta Rafael Lasso de la Vega.
Hoy en día, la calle José Gestoso sigue siendo una de las arterias principales de Sevilla, y la discreta baldosa que marca el Kilómetro Cero es un recordatorio del pasado histórico de la ciudad. Este pequeño detalle urbano nos conecta con siglos de Historia y nos invita a reflexionar sobre la evolución de la ciudad y la importancia de preservar nuestro patrimonio.
