Olvídate de la típica cabecera gótica con ábside y girola. La Catedral de Sevilla presume de una planta salón rectangular perfecta, heredada de la gran mezquita almohade que ocupaba este lugar.
De su interior sabe destacar muchos aspectos como:
Dimensiones colosales: 116 metros de largo por 76 metros de ancho, ¡un auténtico gigante!
Altas y luminosas: la nave central y la del crucero se elevan por encima del resto, permitiendo la entrada de luz natural a través de numerosas vidrieras.
Dos elementos que acaparan la atención:
El Coro: flanqueado por dos imponentes órganos, este espacio acoge a los canónigos durante los oficios religiosos.
La Capilla Mayor: rodeada por rejas doradas de estilo renacentista, alberga el Retablo Mayor, una obra maestra del arte considerada como el mayor retablo de la cristiandad.
El Retablo Mayor
Una obra monumental que comenzó a construirse en 1482 y en la que participaron grandes artistas como Pedro Dancart, Jorge Fernández, Roque Balduque y Juan Bautista Vázquez el Viejo. Destaca la escultura de un crucificado conocido como «del Millón», una obra gótica del siglo XV. En el centro del retablo se encuentra la pequeña imagen de la Virgen de la Sede, del siglo XIII, titular y patrona de la catedral.
El Trasaltar
Ubicado detrás del Retablo Mayor, este espacio está decorado con una serie de 59 esculturas de santos en bulto redondo y barro cocido. Entre ellas brilla la Virgen del Reposo, una bella imagen de la Virgen con el Niño dormido sobre su pecho, atribuida a Miguel Perrin. Un lugar que antaño gozó de gran devoción entre los sevillanos, especialmente entre las embarazadas que buscaban un buen parto.
El Coro de la Catedral de Sevilla
Ubicado en el centro de la nave central, el Coro de la Catedral de Sevilla es una obra maestra de la talla en madera. Consta de 127 sitiales realizados en marquetería de diversas maderas, creando un efecto colorido y ornamentado.
Los respaldos están decorados con bajos relieves de escenas bíblicas y personajes grotescos, mientras que los brazos de las sillas y misericordías muestran juegos y escenas costumbristas. En los tablones de entrada se observan elementos ojivales con columnas rematadas en pináculos.
Destaca la sillería correspondiente al arzobispo y sus ayudantes, con un trabajo escultórico de gran calidad. Una inscripción en uno de los sitiales indica que fue realizado por Nufro Sánchez en 1478.
El Coro fue testigo de importantes eventos históricos, como la coronación de Carlos I y Felipe II como reyes de España. En él se han celebrado numerosos conciertos y ceremonias religiosas a lo largo de los siglos. Es un lugar de gran simbolismo para la ciudad de Sevilla y un referente cultural de primer orden.
La sillería del coro es una de las obras más importantes de la talla en madera española. En ella se pueden apreciar diferentes estilos artísticos, como el gótico, el renacentista y el barroco. Los relieves y esculturas que la decoran son de gran calidad y valor artístico.
Un tesoro artístico y cultural que merece ser admirado por todos aquellos que visitan la ciudad.
Otros elementos de interés
Trascoro: Realizado en estilo barroco por Miguel de Zumárraga, está adornado con relieves y bustos de bronce presididos por una pintura gótica de la Virgen de los Remedios.
Órgano: El actual órgano fue construido en 1901 por Aquilino Amezua y restaurado en 1996 por Gerhard Grenzing. Es un instrumento de gran tamaño y sonoridad excepcional.
Capillas de los Alabastros: Cuatro pequeñas capillas situadas en los muros laterales del coro, construidas en estilo renacentista y decoradas con retablos y esculturas de gran valor.
La visita al Coro de la Catedral de Sevilla es una experiencia única que permite conocer de cerca una de las obras maestras del arte español y adentrarse en la historia y cultura de la ciudad.
Las Capillas del Lado Este de la Catedral de Sevilla
Adentrarse en las capillas del lado este de la Catedral de Sevilla es embarcarse en un viaje fascinante a través del arte, la historia y la devoción. Cada una de estas capillas alberga tesoros artísticos y cuenta historias que nos remontan a diferentes épocas y estilos.
Capilla de la Magdalena: Preside la capilla un retablo del siglo XVI con La Anunciación en el ático y La Magdalena a los pies de Cristo Resucitado en el cuerpo principal, obras de un seguidor de Alejo Fernández. Destaca la vidriera de Arnao de Flandes de 1535, que representa a San Sebastián con el rostro de Carlos I.
Capilla de la Asunción: El retablo central presenta una bella Asunción de la Virgen, enmarcada por pinturas de San Ildefonso y San Diego de Alcalá. En el banco se encuentran las imágenes de los patrocinadores, el jurado Juan Cristóbal de la Puebla y su esposa. Las pinturas son obra de Alonso Vázquez, un artista sevillano de finales del siglo XVI.
Capilla de San Pedro: Mausoleo de Diego de Deza, obispo de Sevilla hasta 1523 y defensor de las teorías de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. Retablo dedicado a San Pedro, encargado por los marqueses de Malagón en 1625 a Diego López Bueno. Las pinturas son de Francisco de Zurbarán, destacando la Inmaculada en el cuerpo central. En el banco del retablo se encuentran escenas relacionadas con San Pedro. Preciosa reja de la capilla, obra de fray José Cordero de Torres (siglo XVIII).
Capilla Real: Ubicada en la cabecera de la catedral, con planta cuadrada, ábside y dos capillas laterales. Cúpula semiesférica y linterna, realizada entre 1567 y 1569 por Hernán Ruiz el Joven. Panteón con la urna de plata del rey San Fernando, realizada por Juan Laureano de Pina en estilo barroco. Sepulcros de Alfonso X de Castilla y su madre, la reina Beatriz de Suabia. Cripta donde se encuentran sepultados el rey Pedro I de Castilla y su esposa, María de Padilla. Imagen de la Virgen de las Batallas, escultura en marfil del siglo XIII. Retablo principal del siglo XVII con la imagen gótica de la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad.
Capilla de la Concepción Grande: Sepulcro de mármol neogótico del cardenal Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos, arzobispo de Sevilla desde 1824 hasta 1836. Soberbio retablo barroco con dos cuerpos, obra de Martín Moreno en 1656. Las imágenes son de Alonso Martínez, excepto el Cristo de San Pablo del siglo XVI. Imagen central de la Concepción Grande en el primer cuerpo. San José y San Pablo en el primer cuerpo. Cristo de San Pablo, San Gonzalo y San Antonio de Padua en el segundo cuerpo.
Otros puntos de interés
Altar de Santa Bárbara: destaca el cuadro de Santa Justa y Rufina de Miguel de Esquivel (1620).
Altar de Santa Justa y Rufina: escultura de las santas de Duque Cornejo (1728).
Capillas del lado sur: Capilla del Mariscal, Antesacristía, Capilla de los Dolores, Capilla de San Andrés, Capilla de la Virgen de la Antigua, Capilla de San Hermenegildo, Capilla de Santa Ana y Capilla de San Laureano.
Altar de la Piedad.
Altar de la Concepción.
Monumento a Cristóbal Colón.
Las capillas del lado este de la Catedral de Sevilla son un oasis de belleza e historia que merece ser explorado por todos aquellos que buscan una experiencia cultural profunda y enriquecedora.
Tesoros y secretos
Más allá de su imponente arquitectura y belleza monumental, la Catedral de Sevilla esconde una multitud de tesoros y secretos que esperan ser descubiertos. Te invitamos a embarcarte en un viaje a través de sus espacios más emblemáticos, donde cada rincón te sorprenderá con historias fascinantes y obras de arte de inmenso valor.
Capilla de los Dolores: Un remanso de serenidad donde la Virgen de los Dolores, obra maestra de Pedro de Mena, conmueve con su dolorosa expresión.
Capilla de San Andrés: Admira la serena figura de Cristo en la Cruz de Juan Martínez Montañés y descubre las antiguas tumbas góticas y las intrigantes pinturas de Lucas Jordán.
Altar de la Piedad: Contempla la conmovedora escena de la Piedad de Alejo Fernández, enmarcada por los retratos de sus donantes, Mencía de Salazar y Alonso Pérez de Medina.
Altar de la Concepción: Descifra la alegoría del linaje de Jesucristo en la pintura de Luis de Vargas y busca el popular «Cuadro de la Gamba», protagonista de una curiosa anécdota.
Capilla de la Virgen de la Antigua: Descubre la venerada imagen de la Virgen de la Antigua, escondida tras un muro durante la conquista de Sevilla, y admira su magnífico retablo de mármol.
Capilla de San Hermenegildo: Adéntrate en la primera sección construida de la catedral y contempla las tumbas de importantes figuras eclesiásticas, mientras te envuelve la atmósfera de su austero retablo.
Capilla de San José: Déjate cautivar por la escultura de San José de José Esteve Bonet y sorpréndete con el raro claviórgano del siglo XVIII, una joya musical que enriquece este espacio.
Capilla de Santa Ana o del Cristo de Maracaibo: Observa el retablo pictórico del siglo XVI dedicado a San Bartolomé y encuentra la imagen del Cristo de Maracaibo, atribuida a Pedro de Villegas Marmolejo.
Sala Capitular: Maravíllate ante la planta elíptica inspirada en la Plaza del Capitolio de Roma y sumérgete en el programa iconográfico de virtudes y ejemplos de buena conducta para los canónigos.
Sacristía Mayor: Un espacio renacentista repleto de ornamentación plateresca y soluciones técnicas innovadoras. Alberga obras de arte de incalculable valor y te cautivará con su cúpula, pechinas y linterna.
Sacristía de los Cálices: Descubre una rica colección de pinturas religiosas desde el siglo XV al XIX, con obras de artistas como Juan Sánchez de Castro, Alejo Fernández, Francisco de Zurbarán y Francisco de Goya.
Biblioteca Capitular y Colombina: Un tesoro documental e histórico que alberga el original del Libro de las Profecías de Cristóbal Colón, el Cancionero de la Colombina y numerosos incunables.
Azoteas y cubiertas: Recorre las azoteas transitables y descubre el sistema de cubierta plana y arbotantes que protege a la catedral de las inclemencias del tiempo.
La catedral como cementerio: Un recorrido por los epitafios y laudas sepulcrales que nos hablan de la historia de los enterrados en este templo, desde eclesiásticos y cofradías hasta fundadores de capillas y seglares adinerados.
Cada rincón de la Catedral de Sevilla esconde un detalle que te sorprenderá. Observa los frescos de las bóvedas, los retablos dorados, los púlpitos tallados, las vidrieras policromadas y los suelos de mármol, cada uno con su propia historia que contar.
Recorre la catedral y siente cómo viajas a través de los siglos. Desde la época almohade hasta el Renacimiento y el Barroco, cada época ha dejado su huella en este impresionante monumento.